La vicepresidente Victoria Villarruel creó una cuenta de X (exTwitter) para responder a quienes la critican en dicha red social. La cuenta tiene un particular nombre, fiel a las creencias de la titular del senado. "Fans de Videla y petes" es su nombre y cuenta con 159 miembros.
Entre los últimos mensajes cargados en la cuenta figuran duras críticas a los radicales que no dieron quorum en la sesión especial a la que convocó el bloque de Unión por la Patria (UxP) para votar por el presupuesto universitario.
Otro mensaje que aparece en el perfil de la cuenta apunta contra la diputada libertaria Lilia Lemoine en función de una publicación suya respecto a la masiva marcha universitaria. "Tenía que estar en la facultad a las 18:30, sólo tenía 1 hora para después volver al trabajo, la semana próxima tengo parciales. No puedo llegar por la marcha por la "educación pública", rezaba el texto de Lemoine. “Rendía Pokémon II”, fue la respuesta que le dio un usuario.
Villarruel había publicado un extenso texto en el cual sostenía la defensa de la universidad pública, aunque ratificó su postura a favor de las auditorías a las instituciones y garantizar la transparencia de los fondos estatales.
“Soy hija de la universidad pública. La que es reconocida en todo el mundo, la que formó a 3 premios Nobel argentinos en Ciencia y que es sinónimo de progreso como así también de movilidad social ascendente. Estudié Derecho en la UBA y Seguridad en la UTN. El esfuerzo de millones de argentinos anónimos logró que miles como yo pudiéramos recibirnos en la Universidad Pública”, comienza el texto.
Más adelante agrega: “Ayer, al ver la marcha multitudinaria, pensé en que está muy bien luchar por la Universidad, pero de calidad, libre y para todos, donde pienses y no te bochen por decir lo que pensás, donde puedas estudiar y no tengas que ver carteles del infame Che Guevara, Marx o las señoras de los pañuelos blancos que se enriquecieron los bolsillos con una tragedia”.
Además, se refirió al tipo de universidad que desea que haya en Argentina: “Quiero que sea orgullo, no un tongo de estudiantes y adultos de izquierda, quiero una UBA donde puedas hablar y pensar como quieras sin que te impongan la policía del pensamiento”.
