Por Manuel Sierra
De un tiempo a esta parte nos hemos acostumbrado a vivir en la más completa incertidumbre para ir de aquí para allá. Estemos en Argentina, en Alemania o en Albania. Todo con A.
Salvo muy pocas excepciones, los gobernantes que conducen el mundo presencial oscilan entre reglas de confinamiento y amplias libertades que pueden cambiar en tan sólo… 24 horas.
Y como decimos siempre, si para muestra alcanza un botón… hablemos de Malta, por ejemplo.
Como ya sabemos, Malta es de aquellos países que han sido reconocidos por estar entre los que han logrado vacunar al mayor porcentaje de sus habitantes contra el Covid y por eso anunció su apertura a pasajeros internacionales. Eso sí, sólo para aquellos que llegaran completamente vacunados.
¿En serio?
Bueno, no. Porque tras las críticas llovidas desde la Comisión Europea por considerarla una decisión discriminatoria -e ir en contra de las normas fijadas por el bloque europeo-, la medida fue modificada en tan sólo 24 horas; y la nueva dice que se permitirá también la entrada de viajeros no inmunizados, a los que se les exigirá una estricta cuarentena. Recalculando.
A veces, en ese mundo súper civilizado también pasan cosas y si de improvisar se trata…
El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció el fin del distanciamiento social y del uso obligatorio del barbijo a partir del 19 de julio, lo que en realidad significa dar por terminada la pandemia.
Otra vez, ¿En serio?
No, porque tampoco es realmente así, ya que el alcalde de Londres pidió a las autoridades pertinentes que el barbijo siga siendo obligatorio para todo aquel que viaje en los autobuses, el metro y los tranvías. ¿¿¡¡Eeeeehhhhh!!??
Otro sí dijo, el país galo, Francia, que acaba de celebrar su Fiesta Nacional: está relajando sus restricciones en vista de las vacaciones de verano que inician masivamente el 1 de agosto.
Teniendo a la vista el crecimiento de contagios en los países vecinos desaconsejaron hacer reservas en Portugal y España y hasta dijeron “que era mejor quedarse en Francia o ir a otros países".
En este caso tampoco fue la última palabra, porque menos de una semana después de haber hecho esa sugerencia, se retractaron y voceros del gobierno insistieron en que no está previsto aplicar restricciones de viaje a España y Portugal.
Cómo estamos, ¿no?
Lo cierto es que la improvisación, las idas y vueltas, el decir y desdecir, ocurre en todo el mundo.
Sin dejar de pensar en que parece un modelo de toma de decisiones creado por funcionarios argentos, lo cierto es que la improvisación, las idas y vueltas, el decir y desdecir, ocurre en todo el mundo; y los argentinos hemos perdido la exclusividad de ser los únicos que abren la boca antes de tiempo. Tal vez con algunos matices, pero todos son políticos al fin.
Definitivamente pandemia mata certezas.
¿Y esto afecta al turismo?
Por supuesto, y cada día que pasa lo debilita más, porque el empresario se endeuda y los recursos se acaban. Acá y en el mundo.
Desde hace 18 meses lo planificado se pasó para adelante y en el mientras tanto, vamos viendo. Y si bien el mundo debe seguir girando, la actividad turística se revela finalmente como un eje fundamental en las economías regionales, aún paralizado.
Por eso, a falta de teorías que expliquen cómo se debe enfrentar esta situación inédita, sólo queda la práctica de improvisar, pero… ¿hasta cuándo?
En el medio de este sin sentido quedó atrapada la actividad turística, caro lector, y por eso todos los días al levantarnos nos encontramos ante los mismos desafíos que nos plantea el "Sí, seguro; pero tal vez no…"