La Secretaría de Comercio acordó con representantes de la industria farmaceútica una serie de precios máximos para los medicamentos necesarios en terapia intensiva. Estos son el atracurio (50 mg a $605), el bromuro de pancuronio (4 mg a $205), el fentanilo (0,25 mg a $320), el midazolam (15 mg a $425) y el propofol (200 mg a $710).
Estos son anestésicos y relajantes musculares. Sin ellos, se vuelve mucho más difícil intubar a un paciente que lo requiera. Este es un procedimiento rápido pero invasivo y doloroso, y se vuelve peligroso si el paciente no está tranquilo.
Al respecto del acuerdo, Carla Vizzoti declaró: “Las acciones que tiendan a favorecer el acceso de estos insumos críticos a nivel mundial para todo el territorio nacional en un momento inédito".
La funcionaria agregó: "una muestra clara del compromiso del Ministerio de Salud, la Secretaría de Comercio Interior, los financiadores, las droguerías y los productores en la gestión de la pandemia”.
El acuerdo representa la solución de un problema que está enfrentando el mundo entero. Frente a la larga pandemia, la demanda de anestésicos superó ampliamente la oferta. Esto obligó a varias ciudades Brasil a aceptar el uso de anestésicos veterinarios en personas. Durante el último año, su precio aumentó muchísimo, llegando a multiplicarse por diez respecto a los precios pre-pandemia.
Los principales laboratorios encargados de la producción de estos medicamentos son Richmond, Scott-Cassará, B. Braun y Fada Pharma. Para monitorear el cumplimiento del acuerdo, el gobierno tendrá reuniones semanales con ellos y los representantes de las cámaras que agrupan a los laboratorios.