En su columna semanal, el historiador Felipe Pigna contestó las consultas que los auditores hicieron sobre el origen del nombre de calles porteñas. En esta ocasión, el historiador habló sobre las calles que llevan nombre de virreyes- ¿Por qué en la ciudad de la Revolución de Mayo hay calles con nombres de virreyes?", preguntó una auditora-, sobre el pasaje Práctico Poliza de La Boca y la calle Carlos Guido y Spano, de Caballito.

A la primera pregunta, el historiador respondió enfáticamente: "No hay ningún motivo para que los virreyes tengan calles en Buenos Aires. Es bastante raro homenajear a personas que estuvieron en contra de la Patria y de la Revolución. Perfectamente se podría reemplazar por nombres de poetas españoles o gente maravillosa que nos ha dado ese país, pero no gente que nos lastimó".

Para Pigna, que existan calles con nombres de virreyes resulta "un despropósito total porque ninguno de ellos salvo Vertiz, merece el nombre de la calle. Son gente en su mayoría con delitos comprobados. Existía una institución española muy interesante que era el Juicio de Residencia, en la que se invertía la carga de la prueba y los virreyes al final de su mandato tenían que demostrar que no habían delinquido y ninguno de ellos, salvo Vertiz, pudo pasar la prueba".

Algunos de ellos, incluso, tienen historias terribles. "Sobremonte, que tiene una calle en San Fernando, fue responsable de la masacre de Chuquisaca en La Paz". "Tenemos el absurdo que en el barrio de Belgrano- que homenajea a Manuel Belgrano- a su avenida principal, Cabildo, que homenajea a la Revolución de Mayo, concretamente el Cabildo del 22 de mayo, la cortan todos los virreyes: Avilés, Arredondo, Feliú, Loreto", explicó.

¿Práctico Poliza?

El pasaje de La Boca, según Pigna, debe su nombre a un "hombre común" que llegó desde Génova al puerto e hizo mucho por la comunidad. "Llegó en 1872 y fundó muchas organizaciones vecinales. Era marino, de la marina mercante. Fundó el sindicato de prácticos navales, que son las personas que permiten el ingreso de los barcos a puerto".

En 1931, su barco naufragó en el Rió Paraná y Práctico Poliza "muere rescatando heoricamente a toda su tripulación".

El poeta romántico

Carlos Guido y Spano "fue hijo de Tomás Guido, el mejor amigo de San Martín. Nació en 1827 y fue un gran poeta romántico".

Su vida estuvo marcada por la oposición a la guerra con el Paraguay. "Junto a Alberdi y José Hernández fue uno de los intelectuales que consideró que era una guerra fratricida que no tenía sentido. Publica un artículo que se llama El Gobierno y la Alianza que le vale la prisión ordenada por el General Mitre", dijo.

Guido y Spano "participó en la comisión civil que se arma cuando Alsina deja la ciudad, junto a Roque Pérez. Su mujer muere durante la epidemia. Estuvo en la Comuna de París. Apoyó fuertemente a Sarmiento y fue director del Archivo general de la Nación".

Es el autor de un poema que más de alguno debe haber recitado en la escuela:

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ­