El Juzgado Civil y Comercial 14 de Rosario reconoció el valor económico de las tareas del hogar en un fallo histórico. El juez Marcelo Quaglia ordenó a un hombre a que le pague una indemnización a su ex pareja en reconocimiento del trabajo que ella desarrollaba en su casa.

La sentencia de primera instancia, que fue apelada, señaló que la mujer cooperó en el crecimiento del patrimonio del hombre “a través de la prestación de aportes económicos indirectos a partir de las tareas que desarrollaba en el hogar”. En ese sentido, destacó que "las tareas vinculadas a los denominados ‘quehaceres del hogar’, tienen un valor económico que debe ser reconocido de manera efectiva y palpable”.

La demanda fue iniciada por ella tras 8 años de convivencia. Si bien el juez rechazó la división de bienes 50/50 (porque no está contemplada en el Código Civil para la unión convivencial) y consideró que no era factible la compensación económica requerida, sí aceptó el planteo de “enriquecimiento sin causa” del empleado de 42 años y fijó un resarcimiento para su expareja en un 25% del valor del inmueble en el que convivieron y del automóvil.

El fallo tuvo en cuenta el valor de las tareas domésticas realizadas por la mujer y los aportes realizados por un tío, de oficio albañil, en la vivienda que ambos compartieron. Para fijar el porcentaje del resarcimiento, el magistrado explicó que “no hay una fórmula matemática, sino que se trata, por un lado, de compensar la situación en que quedó el cónyuge desventajado, pero, a la vez, hay que ser cuidadoso para no imponer al otro cónyuge una carga excesivamente gravosa”.

Finalmente, señaló la necesidad de analizar este caso con perspectiva de género "como una herramienta esencial para eliminar desigualdades a partir de condiciones sociales, culturales, políticas, económicas y jurídicas, históricamente creadas a partir del sexo biológico”.