El domingo por la mañana falleció Andrea Amarante (42), la tercera víctima de lesbicidio después del ataque de odio que perpetró un vecino del hotel de Barracas donde vivía junto a su pareja y a pareja de lesbianas. Justo Fernando Barrientos (67) les tiró una molotov encendida mientras dormían y provocó la muerte de Pamela Cobas (52), Roxana Figueroa (52), primero, seguida de la de Amarante. La cuarta víctima, Sofía Castro Riglos (49), resultó herida pero se recupera.
La respuesta del Gobierno y de las instituciones del Estado, después del crimen de odio, fue nula. Desde la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, que depende de Capital Humano (exMinisterio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que bajo la gestión de Milei pasó a ser una secretaría a cargo de Pettovello) no se pronunciaron, ni para brindar asistencia a las víctimas colaterales (Cobas tenía un hijo) ni para acercar recursos reparatorios.
En este contexto, este lunes por la mañana, tras ser consultado por una periodista que preguntó por la posición del Gobierno respecto de los lesbicidios, Adorni negó que se trataran de un crimen por motivos de identidad sexual y de género y relativizó el alcance simbólico del ataque de Barrientos: "Por supuesto que las condolencias a la familia, a la de todas las víctimas", comenzó diciendo el vocero oficial, antes de sostener que se trató de un hecho de violencia genérico y no focalizado.
Y agregó: "Está claro que estas cosas no pueden seguir pasando ni acá ni en ninguna otra parte del mundo y efectivamente cualquier atentado que haya, la verdad es que a mí no me gusta definirlo como un atentado a determinado colectivo. La verdad es que está mal y es repudiable sea contra quien sea".
"Nosotros no nos focalizamos en que sólo es terrible este episodio porque tenía determinadas características particulares, para nosotros la violencia de género es absolutamente repudiable y la violencia en general nos parece absolutamente repudiable. Me parece muy injusto sólo hablar de este episodio cuando la violencia es algo mucho más abarcativo que simplemente una cuestión contra un determinado colectivo. Hay muchas mujeres y hombres que la sufren y son cosas que no pueden seguir pasando", cerró Adorni.
La posición oficial ignora la Ley Nº 26.485 contra la violencia de género, que dice que tiene como objetivo promover y garantizar la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial de las mujeres y la posición de los organismos internacionales comprometidos con la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Mientras tanto, desde las organizaciones LGBT y por los derechos de las mujeres, como Ni Una Menos, insisten para que la causa contra Barrientos se caratule como crimen de odio, y el lesbicidio se abarque con perspectiva de género, puesto que hasta ahora está catalogada como "homicidio". El juez a cargo, Edmundo Rabbione, espera la declaración de Sofía Castro Riglos, pese a que las declaraciones de vecinos dicen que se trató de un crimen lesbofóbico. Por el triple lesbicidio, el culpable quedó detenido.
"Él (Barrientos) ya las había amenazado una vez. Fue en la última Navidad. Les dijo que las iba a matar a las dos (Pamela y Mercedes) y mirá lo que pasó ahora", expresó Diego Hernán Britez (51), vendedor ambulante, que vive en el segundo piso del hotel familiar ubicado en Olavarría al 1600, Barracas, donde ocurrió el crimen.
Britez contó también que "discutían bastante. Ellas llamaron a la policía una vez y entiendo que lo habían denunciado (a Barrientos). Él les decía ‘engendros’ por su condición sexual. Les decía ‘tortas’, ‘gorda sucia’", declaró en diálogo con Agencia Presentes.
Este lunes, las organizaciones convocan a una movilización a las 18 hs en la Plaza Colombia de Barracas para pedir justicia por el lesbicidio de Pamela, Roxana y Adriana. También se organiza un fondo de donaciones para Sofía Riglos, la única sobreviviente, ya que cuando salga de internación no tendrá casa, ni pertenencias, ni red de contención.
Alias de transferencia: acivil.niuna.menos. Asunto: lesbianas.
