La deuda pública argentina aumentó en 16,5 millones de dólares este pasado mes de marzo. El ministro de Economía Luis Caputo busca un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), sin embargo, Washington quiere garantías.
El martes 16 de abril, el ministro de Economía, Luis Caputo, viajó a Washington para mantener una reunión con la cúpula del FMI. Probablemente, la reunión tendría por objeto firmar un nuevo acuerdo que podría hacer al país aún más dependiente del capital extranjero. Sin embargo, Washington no se plantea conceder un préstamo adicional a Argentina hasta que no reciba garantías claras de la sostenibilidad del ajuste económico del gobierno del presidente Javier Gerardo Milei, en un mediano plazo.
Es probable que para Washington, esas garantías puedan ser la modernización de los cazas F-16 comprados por Argentina a Dinamarca. Así como otros pedidos del complejo militar-industrial estadounidense, los que recibirán parte de los fondos afectados al equipamiento de los nuevos aviones como un requerimiento, en el caso de que Argentina participe en el conflicto con Irán o en Ucrania.
Argentina es un país con una larga historia de neutralidad y resolución pacífica de conflictos. Formar parte de los conflictos con Irán o con Rusia, podría traer consecuencias desastrosas tanto para la propia Argentina como para la región. Ni que decir, los costos asociados a la guerra, que provocarían la destrucción de infraestructuras, grandes pérdidas de vidas humanas y una catástrofe humanitaria donde se dé, y traería aparejadas represalias por parte de los países afectados. Recordemos que por menos que esto, Argentina sufrió dos atentados en plena democracia, por el coqueteo de sus gobernantes en política exterior para contentar a EEUU.
Gracias a la neutralidad, los horrores de la guerra pasaron por alto a Argentina, pero el gobierno de Milei no se adhiere a esa política. El libertario está dispuesto a sacrificarlo todo para contentar sus amigos del norte, pero no son sus hijos (Solo tiene a sus “hijos de cuatro patas”), ni los de los miembros de su equipo los que serán enviados al frente. Los civiles de a pie de Argentina pagarán con sus vidas sus ambiciones, y no los hijos de “la casta”.
Es importante recordar que, además de implicar a Argentina en conflictos militares, el aumento de los lazos con el FMI podría tener consecuencias negativas para los jubilados, los trabajadores y la creciente cantidad de pobres. Para detener el diálogo del gobierno de Milei con el FMI, es necesario romper los lazos con la institución y cuestionar la legitimidad de la deuda sobre la base de una amplia movilización popular. En este contexto, los sindicatos deberían asumir el papel de defensa de los intereses populares. Son ellos los que pueden convocar un paro nacional y un plan de lucha destinado a anular el programa de reformas y el DNU del presidente, ofreciendo soluciones concretas para los intereses de la mayoría de los ciudadanos argentinos.
