La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recibió en Italia la investidura como doctora honoris causa por parte de la Università degli Studi di Roma Tre, “por su compromiso cívico, humano y cultural”.
Durante su discurso, Carlotto advirtió que “algunas de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia están en peligro” producto de “los discursos de odio y negacionismo, en muchos casos pronunciados por integrantes del gobierno de turno”.
En este sentido, denunció que el gobierno de Javier Milei “intenta deslegitimar nuestra lucha y la de todos los argentinos, por la memoria y la democracia”. Para resistir, Carlotto puntualizó que “el único camino es la lucha colectiva con amor y perseverancia”, y ratificó que la organización seguirá buscando a los más de 300 nietos a los que falta restituir su identidad.
El reconocimiento ratifica a Estela de Carlotto y a la asociación que encabeza como uno de los ejemplos de lucha por los derechos humanos más relevante a nivel internacional. Frente a un amplio auditorio integrado por autoridades académicas y referentes de organizaciones humanitarias y derechos humanos, Estela habló también del “relevo institucional” que, por cuestiones naturales y de edad, las fundadoras de Abuelas dejarán en mano de nietos y nietas encontradas.
“Hoy son los propios nietos y nietas restituidos, sus hermanos, sus familias, los que le dan impulso a nuestro trabajo. Son ellos los que han tomado la posta y realizan las tareas que antes hacíamos nosotras”, resaltó. Y afirmó que las integrantes del organismo “no somos heroínas ni diferentes, sólo mujeres, madres, abuelas” que seguirán “luchando para defender la democracia y trabajando para encontrar hasta el último de nuestros nietos”.
Durante su discurso, Carlotto hizo un repaso por los inicios de Abuelas y del reconocimiento internacional que recibieron a lo largo de los años. También destacó la labor del Banco Nacional de Datos Genéticos, “el único del mundo” que almacena información de familiares y sobrevivientes del genocidio, y ponderó la legislación internacional impulsada a través de Abuelas y la creación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).
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