Lunes, 29 de Abril de 2024 Lluvia ligera 15.0 °C lluvia ligera
 
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Lluvia ligera 15.0 °C lluvia ligera
 
Dólar BNA: $918
Dólar Blue: $1055
Sociedad

Cuando la inclusión se hace proyecto: así es Alamesa, el restaurant enteramente atendido por personas neurodivergentes

alamesa

En el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo, que se conmemora el 2 de abril, desde que la ONU lanzó el día en 2008 para dedicarlo a la reflexión sobre el TEA (Trastorno del Espectro Autista), el caudal de información que circula sobre neurodivergencias es cada vez mayor.

Aunque cantidad no garantiza calidad, es verdad que las campañas de concientización, año a año, ayudan a que las personas neurotípicas comprendan de manera más integral a sus pares y la comprensión traslade al mundo real una serie de acomodamientos necesarios, a veces, que las luces y la música estén más bajas para que una experiencia de compra en un supermercado sea más amena, para la convivencia.

La inclusión, entonces, depende de un trabajo conjunto de entendimiento y búsqueda de derribamiento de estereotipos. Pero también puede llegar en el formato de un proyecto concreto, en este caso, impulsado por Fernando Polack, para que funcione como una célula de cambio. Se trata de Alamesa, el restaurant de autor atendido en su totalidad por personas neurodivergentes, que abrió sus puertas hace un mes en la Ciudad. "Alamesa es un cambio en la mirada de la discapacidad: es mirar la integración de una persona desde esa persona y no desde el integrador", explica su impulsor, médico infectólogo e investigador.

El restaurant, que se encuentra en Las Cañitas y al que se puede acceder con reserva, "nace de la necesidad de vivir la vida y no de hablar la vida, de vivir como vive cualquier persona, de tener una vida social". Con una carta diseñada por el chef Takehiro Ohno, "los platos se producen en una cocina que no utiliza fuego, ni cuchillos ni balanzas, cada plato se sirve en vajilla de un color que es idéntica al color de todos los frascos de ingredientes que conforman esa preparación. Por ejemplo, para una milanesa de lomo con papas fritas se usa un plato bordó, del mismo color que los frascos de pan rallado, huevos y harina, que permiten la producción de esa comida. Son carriles de 12 colores, para 12 platos".

La idea del restaurant está mediada por el gusto personal de su impulsor, que cuenta que disfruta del ritual de "comer afuera", pero también por la dimensión simbólica del oficio: el acto de servicio, la comunidad que se genera alrededor de la comida en un país como Argentina y el hecho de que "un restaurante tiene dos ventajas. Por un lado, una ventaja puertas adentro, donde tenés el grupo que trabaja y que se siente equipo; por otro, la sociedad, que te obliga a salir e interactuar porque tenés el local con gente y eso te hace salir a la vida, detalla Polack para Página 12.

Los 40 chicos y chicas que trabajan actualmente en Alamesa recibieron un entrenamiento profesional de dos años para llegar a las cocinas preparados para la producción de alimentos: "Tuvimos que aprender una cantidad impresionante de cosas, que fueron apareciendo en el camino. Tuvimos que pensar desde cómo diseñar el menú y elaborar los platos hasta cómo armar las rutas de los pibes para atender las mesas". El lugar, entonces, está pensado para que sea una experiencia agradable y placentera para todos los que concurren: mientras los comensales disfrutan del servicio, en la cocina el espacio está acondicionado para que todos puedan hacer todo.

Está pasando