La senadora de La Libertad Avanza por Jujuy Vilma Facunda Bedia fue denunciada por contratar a casi toda su familia para que trabaje en su despacho de la Cámara Alta. Según la información que trascendió en las últimas horas, la funcionaria tiene en su oficina a sus tres hijos, su nuera, sus hermanos, sus sobrinos y su cuñada.
Se trata de una mujer que es pastora evangélica y profesora en su provincia natal, pero que desde el 10 de diciembre pasado ocupa una banca en el Senado de la Nación. Ahora, les consiguió a su hijo Joel Benjamín Mamani un puesto de planta transitoria con categoría A3, por el que cobra alrededor de 700 mil pesos, y otro a José Jair Mamani, con una A1, cuyo ingreso está estipulado en 1,2 millones de pesos.
Así lo confirmó el portal La Política Online, que agrega que si bien no aparece en los registros públicos de la web del Congreso, fuentes cercanas a Bedia incluyen en la planta de empleados colados por la senadora a su otro hijo, Pablo Mamani.
Pero no solo son sus hijos los familiares que entraron a cobrar sueldos estatales, sino que Bedia también hizo ingresar a sus hermanos Juan Carlos, pastor y presidente de la Fundación Emanuel, y Ricardo, miembro de la misma entidad, ambos a una categoría A1. Otro hermano, Albert Bedia, se incorporó como asesor pero le dieron una categoría A3. Sin embargo, ninguno de esos nombres figuran en la planilla oficial.
En Jujuy comentan que también están trabajando su cuñada Nélida, pareja de Juan Carlos Bedia, así como los hijos de ambos y sobrinos de la senadora, Damaris y Jonatan. Daiana Ester Llanes es otra de sus sobrinas y figura como planta transitoria con categoría A3. Bedia contrató también a su nuera, Mirta Araceli Silisque, quien se benefició con una de las categorías más bajas del despacho, A8.
Sumado a todo esto, corre el rumor de que algunos de sus empleados de mayor confianza también serían beneficiarios del programa Potenciar Trabajo. Habría un margen de entre 5 y 6 meses para cobrar un salario del Senado al mismo tiempo que se percibe un plan, debido a lo que demora la actualización de los registros del Sistema de Identificación Nacional Tributario y Social (SINTyS), tiempo en el que hay puntos ciegos.
