En 1995, el tren dejó de pasar por el pueblo de Quiñihual, sumiendo a toda su población en el abandono, excepto aquellos que contaban con movilidad propia. Como tantos otros pueblos cercanos, Quiñihual se fue despoblando con el tiempo hasta quedar casi desierto.
Ubicado en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, en el Partido de Coronel Suárez, a 161 kilómetros de Bahía Blanca y a 510 de la Capital Federal. Quiñihual es hoy conocido por su estación de tren abandonada y su pulpería, atendida por su único habitante.
Tras la suspensión del tramo ferroviario que pasaba por Quiñihual, Pedro Meier, de 63 años, se convirtió en el único habitante del pueblo. Dueño de la única pulpería en funcionamiento, abre sus puertas todas las tardes para recibir a pobladores rurales y turistas, quienes buscan comprar en su local o simplemente charlar.
El pueblo fantasma de la provincia de Buenos Aires que solo tiene un habitante
La pulpería de Quiñihual, construida a fines del siglo diecinueve, ha sido testigo de la historia del pueblo. En su interior, todo se mantiene como en sus días de apertura, con estanterías repletas de productos y una atmósfera que evoca tiempos pasados.
Para quienes deseen visitar Quiñihual desde Buenos Aires, el trayecto de 510 kilómetros implica tomar la Ruta 3 hasta Azul. ¿Luego? Continuar por la Ruta 51. El viaje puede tomar alrededor de 7 horas, dependiendo del tráfico y la hora de salida.
