Rudy Giuliani, el mítico alcalde de Nueva York y abogado, en los últimos años, de Donald Trump, se declaró en quiebra después de perder un juicio contra dos personas que trabajaron en las últimas elecciones presidenciales. El juez a cargo del caso les adjudicó 148,1 millones de dólares por daños y perjuicios, ya que fueron víctimas de la difamación de Giuliani. Como consecuencia, el abogado quebró.

El miércoles, un juez de Washington DC habilitó a los dos trabajadores electorales para cobrar los millones adeudados de forma inmediata. Un asesor político de Giuliani, Ted Goodman, explicó: "Nadie puede realmente haber creído que Rudy Giuliani podría pagar semejante cantidad punitiva. La quiebra le da a Giuliani la oportunidad y el tiempo para buscar una apelación, mientras da transparencia a sus finanzas bajo la supervisión de la corte de bancarrota para asegurar que todos los acreedores sean tratados con justicia durante el proceso".

Las víctimas de Giuliani, Ruby Freeman y Shaye Moss, hija del primero, tendrían que esperar 30 días antes de empezar a cobrar, pero el juez Beryl Howell afirmó que Giuliani fue "litigante reacio y poco cooperativo" y que, por lo tanto, los pagos deberían comenzar de forma inmediata.

Freeman y Moss denunciaron a Giuliani por hacer acusaciones falsas contra ellos. El exalcalde había afirmado que ellos habían manipulado los votos de Atlanta en las elecciones del 2020 y estaban ayudando a Joe Biden a robar esa elección. En el juicio, las víctimas contaron que recibieron amenazas de muerte y hostigamientos varios a partir de las acusaciones de Giuliani. Luego de declararlo culpable, el juez afirmó que las supuestas "dificultades financieras" de Giuliani son difíciles de creer, sobre todo con la cantidad de empleados, tanto voceros como abogados, a los que tiene en su nómina.