Su primer triunfo político desde su elección, ya hace dos años, se anotó ayer el presidente de Chile, Gabriel Boric, en el plebiscito que rechazó al nuevo proyecto de constitución que impulsaba la oposición. Con el 56% de los votos, los chilenos optaron por la opción de rechazar la nueva Carta Fundamental y echaron por tierra, por segundo año consecutivo, a un proceso refundacional de su institucionalidad.
Tras los resultados, el presidente Gabriel Boric afirmó a que los dos procesos similares en dos años, ambos fracasados, “polarizaron el país”, por lo que “la política ha quedado en deuda con Chile”.
El mandatario invitó a “abandonar las trincheras y la imposición de visiones parciales" para atender los problemas prioritarios que apremian a los chilenos y, con una metáfora futbolística, pidió "pelota al piso, humildad y trabajo”.
El resultado fue admitido también por el principal aliado en Chile del presidente Javier Milei, José Antonio Kast: “Una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta que nosotros impulsamos del Consejo Constitucional y reconocemos esa derrota”, afirmó.
El proyecto rechazado había sido escrito por una comisión constituyente con amplia mayoría del Partido Republicano, de extrema derecha, votada por la ciudadanía tras el fracaso del primer proyecto. Entre los artículos que más controversia causaron estaban la constitucionalización del sistema privado de pensiones, del "derecho a la vida" (que cerraría la puerta al aborto) y de la "libertad de enseñanza" (que en Chile es ideológicamente la contracara del derecho a la educación pública).
Paradójicamente, la victoria de los partidos de izquierda y el oficialismo significa que seguirá rigiendo la Constitución de 1980, promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuyo cuestionamiento inició todo este proceso tras el estallido social de 2019. El Gobierno, ahora, aclaró que no impulsará un nuevo proceso constituyente durante su período y anunció que le dará prioridad a una reforma del sistema privado de pensiones.
Por ello nadie celebra mucho y desde todos los sectores políticos intentan interpretar los resultados como un triunfo propio. Lo cierto es que los cuatro expresidentes vivos de Chile expresaron con antelación su voto, lo que puede dar una idea del resultado: mientras los socialistas Michelle Bachelet y Ricardo Lagos estuvieron con la opción “en contra”; Sebastián Piñera y Eduardo Frei, votaron “a favor”.
Bachelet, que se había manifestado “en contra” del borrador de nueva Constitución, afirmó hoy que prefería “algo malo que algo pésimo”.
Prefiero algo malo a algo pésimo
Michelle Bachelet, expresidenta de Chile
Lagos, que también es de centroizquierda y se oponía al nuevo texto, dijo que esperaba “que se cierre la discusión constitucional con un resultado claro” y que Chile saliera de la votación “más fuerte, más integrado”.
El conservador Piñera, que estaba a favor, dijo al votar que Chile necesitaba “estabilidad y unidad”.
“Yo estoy seguro de que una de las dos opciones, y ustedes saben cuál es, cierra mejor el proceso y nos da mejores herramientas y oportunidades para empezar a derrotar a la delincuencia y la violencia que están desatadas en nuestro país”, dijo Piñera.
