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Deportes

La historia de la pelea entre Riquelme y Macri en Boca

Riquelme Macri Boca

Este domingo se disputarán las elecciones más tensas de la historia de Boca Juniors. Allí se medirá la lista oficialista, encabezada por Riquelme y Ameal, contra la opositora, que integran Ibarra y Macri. La rivalidad entre Riquelme y Macri llegó a su punto máximo y así se vio en estas semanas de campaña.

Ambos hablan muy mal del otro cuando bridan declaraciones ante la prensa y su relación es pésima desde hace años. Acá se repasan los inicios de una relación que culimnó en la más grande enemistad de la historia del club de la Ribera.

Los inicios

Macri y Riquelme se conocieron en 1996, Macri había asumido hacía pocos meses en Boca y había contratado a Bernardo Griffa para que rastreara a los pibes más cracks del fútbol argentino. En ese momento compraron a Riquelme, quien por entonces jugaba en Argentinos Juniors.

Tras ello, Riquelme la rompió y para el año 1998 el Parma de Italia pretendía llevárselo nada más y nada menos que por la cifra de 14 millones de dólares. A partir de allí comenzaron los problemas. El pase del jugador de Don Torcuato comenzaba a correr el riesgo de caerse.

Según la dirigencia, era porque la familia del jugador no quería que se fuera del país. Los padres de Román negaban dicha versión y afirmaban que sólo querían una mejora salarial previo a su partida del club de la Ribera. Supuestamente, en los papeles el sueldo de Riquelme era de $1500 (por entonces 1500 dólares), aunque la dirigencia advertía que lo habían subido a $5788.

El conflicto estalló cuando Riquelme trató de "mentiroso" a Macri luego de que el ingeniero saliera a aclarar esta cuestión. Sin embargo, la respuesta de la dirigencia no tardó en llegar y le pasaron al diario Olé el recibo de sueldo del jugador de Don Torcuato, donde quedaba claro que los números de Macri eran ciertos. Así, la primera pulseada de la disputa Riquelme-Macri serían para el empresario.

Los años dorados y el festejo del Topo Gigio

Con la llegada del Virrey Carlos Bianchi y los inicios del nuevo siglo, llegaría la Época dorada de Boca, en la que el club consiguió tres Libertadores y dos Intercontinentales. En julio del 2000, Riquelme pidió por una mejora salarial que la Comisión Directiva de entonces rechazó tajantemente.

Se vivió un clima de tensión en el club por esos días. "Si Mauricio Macri pasa al lado mío, ni nos saludamos. Estoy cansado que me digan algo en la cara y después no me lo cumplan", declaró El Torero en octubre de ese mismo año.

Ya en abril de 2001, con un Boca que ya había vencido al Real Madrid en la Copa Intercontinental, los Xeneizes recibían a River en la Bombonera por el torneo local. Allí, Riquelme tuvo un penal que no desaprovechó.

Para el festejo, el jugador corrió hasta la mitad de la cancha, se puso las manos detrás de las orejas y miró en dirección al palco donde se encontraba Macri, mientras toda la hinchada coreaba su nombre. Cuando la prensa le consultó por el festejo, Román respondió con ironía: "Es que a mi hija le gusta el Topo Gigio". La frase quedaría estampada en la historia del fútbol argentino.

Finalmente, los reclamos de mejora salarial quedaron diluidos con los 26 palos verdes que puso el Barcelona para llevárselo al Viejo Continente. El traspaso calmó las aguas entre Riquelme y Macri, por lo menos durante algunos años.

La vuelta de Riquelme a Boca y la Libertadores 2007

Tras la derrota de Boca ante Estudiantes por la final del Torneo Clausura 2006, llevaron a que Macri volviera a apostar por Riquelme para pelear la Copa Libertadores, torneo que le fue a esquivo a Boca en las ediciones 2004; 2005 y 2006.

Tras algunas idas y vueltas, Román aceptó y en la conferencia de prensa de su presentación, Macri, con un poco de ironía, le regaló un muñeco del Topo Gigio. Parecía que las cosas comenzaban a sanar entre ambos.

De hecho, Riquelme jugaría la Libertadores 2007 y realizaría una de las mejores actuaciones de la historia del torneo, que finalizarían consagrando campeón al club azul y amarrllo. Parecía que los conflictos eran cosa del pasado, pero los problemas volverían a aparecer.

La disputa Riquelme-Angelici

Luego de alcanzar Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Macri abandonó la conducción del club y en su lugar quedó Pompilio. Tras su muerte, asumió Ramón Ameal. Finalmente, Daniel Angelici, extesorero del club y muy cercano a Macri, se impuso en las elecciones de 2011.

Tras ello, los problemas de Román con la dirigencia volverían a aparecer. Las relaciones entre Riquelme y el Tano fueron complicadas desde un principio. En 2010 Angelici había renunciado a la tesorería por no estar de acuerdo con los términos económicos de la renovación del Diez.

Luego, durante su primer año de gestión y tras la derrota de Boca en la final de la Libertadores 2012, Riquelme anunció su salida por "sentirse vació". De todos modos, el Torero regresaría al club al año siguiente y la tensión entre ambos crecería aun más.

Tras su salida definitiva como jugador del club en 2014, Riquelme no dejó de criticar a la gestión en cada declaración que brindaba ante la prensa. Finalmente, a fines de 2019, Román se presentó como vice de Boca y derrotó en las elecciones al candidato de Macri.

Tras ello, Macri criticó la gestión de Riquelme en el club cada vez que pudo y durante la elección se vivió una verdadera guerra entre ambos. Román acusó a Macri de "perseguirlo judicialmente" y "jugar sucio", mientras que Macri lo trató de "mentiroso" y de destruir al club.

El próximo domingo habrá elecciones en Boca. Otra vez se jugará un capítulo crucial en la disputa entre ambos, que ya demostró no tener retorno.

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