El talentoso delantero argentino, Paulo Dybala, se erigió como la figura principal en la victoria de la Roma por 3 a 1 sobre Udinese en la Serie A de Italia, marcando un regreso triunfal tras su participación en las Eliminatorias con la selección argentina.
Dybala, de 30 años, no solo anotó un espectacular gol, sino que también brindó una asistencia clave para asegurar la victoria dirigida por José Mourinho. El golazo de la Joya provino de un tiro libre magistralmente ejecutado en tres cuartos de campo.
Su precisión permitió que Gianluca Mancini conectara y abriera el marcador. La influencia de Dybala se intensificó a diez minutos del final, cuando, tras una creativa cesión de taco de Romelu Lukaku, controló el balón y definió con maestría, dejando sin oportunidades al arquero Marco Silvestri.
Sin embargo, el momento más destacado llegó con el festejo de Dybala. Después de su gol, llevó el dedo índice a la boca, demandando silencio. La celebración provocativa encontró su explicación tras el partido: "Hay gente que habla demasiado, sin motivos. Yo siempre trato de dar lo mejor de mí para mi equipo".
El misterioso gesto podría estar relacionado con las críticas sobre las lesiones que han afectado el rendimiento de Dybala o incluso con rumores recientes sobre su vida personal, especialmente después de haberle propuesto matrimonio a su pareja Oriana Sabatini. Sea cual sea la motivación, Dybala respondió con un desempeño excepcional en el campo.
El delantero expresó su alegría y agradecimiento a los hinchas, destacando su deseo de dejar una huella en la historia del club con un trofeo. También se refirió a las aspiraciones de clasificación a competiciones internacionales, señalando que el campeonato aún es largo y quedan muchas jornadas.
Sobre su entendimiento con Romelu Lukaku, Dybala enfatizó la importancia de la comunicación constante desde la llegada del belga a la Roma. La dupla está demostrando ser efectiva en el campo, y Dybala elogió la conexión que han logrado hasta el momento.
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