Liberaron al adolescente de 14 años que confesó el crimen de su amigo y compañero de colegio, Joaquín Sperani, en la localidad cordobesa de Laboulaye.

La medida, de carácter provisorio, fue ordenada por el juez Sebastián Moro, a cargo del Juzgado Control de Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar, Género y Faltas de Laboulaye. El pedido estuvo a cargo de una de las abogadas, que solicitó que el adolescente esté bajo el cuidado de sus padres. El juez, entonces, dispuso que el joven vuelva a estar con su familia pero en otra ciudad, lejos de donde ocurrió el crimen. Además, el adolescente recibirá un tratamiento psicoterapéutico individual, grupal y familiar, según la ordenanza del juez.

Mariela Flores, la mamá de Joaquín, repudió la medida de Moro y sostuvo: "la Justicia está tomando decisiones que no son correctas" y expresó, "nunca existieron los derechos para Joaquín. Mató y salió como si nada (refiriéndose al adolescente que confesó el crimen)".

El joven, hasta la sentencia, estuvo alojado en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), que depende del Complejo Esperanza de la ciudad de Córdoba, donde fue expuesto a pericias psicológicas y psiquiátricas.

Joaquín Sperani, también de 14, desapareció el 29 de junio luego de dejar su bicicleta en el patio de la escuela IPEM 278 "Malvinas Argentinas" de Laboulaye. Las cámaras de seguridad de la zona lo registraron cuando caminaba por la vereda del colegio acompañado por uno de sus amigos y compañero de escuela, el mismo que días después confesó el crimen.

El domingo 2 julio pasado, el cuerpo de la víctima fue hallado por vecinos en una vivienda abandonada ubicada a 100 metros de la escuela. El amigo de Joaquín fue detenido luego de admitir que lo había atacado, aunque dijo que no había sido su intención matarlo.

El chico “hizo un relato en donde admite que participó solo, que no hubo participantes, que todo sucedió a partir de una fuerte discusión, que tomó un fierro y le pegó en la cabeza”, según resumió un vocero judicial. Según la autopsia, Joaquín tenía múltiples golpes en la cabeza, que le ocasionaron politraumatismo de cráneo y daño encefálico, que derivó en su muerte.

Mientras avanza la investigación, en octubre apareció una nueva pista que incrimina al amigo de la víctima. En un allanamiento de su casa se encontró un oso de peluche que tenía adentro un papel en el que se lee el apellido Sperani, el nombre de otro niño y la frase "mamá pronto se olvidará de esto", por lo que los familiares de la víctima creen que el otro niño también podría haber sido víctima.

Mariela, la madre de Joaquín, culpa a los padres del menor por el crimen de su hijo: "hoy los pongo como cómplices porque, ¿qué es eso de no ver el fierro que trajo en la mochila, de no ver la ropa y las zapatillas manchadas de sangre, de no ver el celular de Joaquín?", inquirió.