El huracán Idalia embarió la costa oeste de Florida dando lugar a graves inundaciones. Casi 300.000 hogares se quedaron sin electricidad en Florida y casi 100.000 en Georgia. La subida del mar obligó a las autoridades a emitir un alerta para la evacuación de 1,7 millones de personas.
La marejada ciclónica causó verdaderos estragos en Cedar Key, situada en la costa, donde se registraron olas de más de dos metros, un nivel récord para la zona. Muchos habitantes debieron desplazarse por el agua, dejando sus pertenencias.
Deanne Criswell, responsable de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA) sentenció: "Idalia es la tormenta más poderosa que ha tocado tierra en esta parte de Florida en más de 100 años".
Las autoridades norteamericanas comenzaron a moverse para intentar contener el desastre. El presidente Joe Biden se comunicó con los gobernadores de Florida, Georgia y Carolina del Sur y declaró a los tres estados zona de catástrofe para liberar ayuda federal.
Con el correr de las horas, el huracán comenzó a perder fuerza; sin embargo, continua el temor por las inundaciones. Estas podrían agravarse debido al fenómeno adicional de la superluna. El astro tiene una enorme infuencia en las mareas y podría hacer subir el agua más de lo normal.
