En los últimos doce meses, la cantidad de depósitos bancarios indexados a la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) ha experimentado una reducción significativa, disminuyendo en $77.661 millones, lo que representa más de un 20%.
Considerando el impacto de la inflación, la reducción en el stock de depósitos UVA ha sido aún más pronunciada, superando el 62% en tan solo un año. El 13 de julio de 2022, los depósitos indexados en UVA alcanzaron un total de 2.908 millones, mientras que el 12 de julio de 2023, esta cifra se redujo drásticamente a solo 1.088 millones de UVA.
Una de las razones por las cuales los bancos dejaron de ofrecer estos instrumentos radica en que, a medida que la inflación aumenta, también crece el desembolso de pesos en intereses que deben pagar a los ahorristas, lo que genera un descalce con sus colocaciones financieras sujetas a tasas de interés más estables. Esto dificultaba mantener un equilibrio financiero y motivó la decisión de no fomentar más depósitos UVA.
Asimismo, los ahorristas optaron por dejar de invertir en estos instrumentos debido a las altas tasas de interés ofrecidas en los plazos fijos tradicionales. En mayo pasado, la tasa de interés nominal anual alcanzó un impresionante 97%, lo que equivalía a un 154,28% en términos efectivos anuales.
Por otro lado, en los últimos dos meses, se observó una disminución en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que hizo que los plazos fijos tradicionales resultaran más atractivos en comparación con los UVA. Además, el hecho de que el plazo mínimo para los plazos fijos UVA fuera de 90 días también actuó como un obstáculo para los inversores.
Durante el mismo período, la cantidad de pesos colocados en plazos fijos experimentó un aumento notable del 131% en términos nominales, pasando de aproximadamente $5.000 millones a casi $12.000 millones en la actualidad, sin tener en cuenta la inflación. Esto demuestra que los inversores se inclinaron hacia opciones más estables y rentables dada la volatilidad y desventajas asociadas a los depósitos UVA.
