Un escandaloso final se vivió ayer en el partido que Estudiantes de Buenos Aires perdió frente Ferro Carril Oeste, debido a un grosero fallo arbitral y al descontrol del plantel local.

Enojados con el árbitro por no cobrar un claro penal en el último minuto, los jugadores y el cuerpo técnico de Estudiantes acorralaron a los jueces y, en medio de las violentas discusiones, fueron también a buscar a los deportistas del verde que festejaban la victoria.

Los forcejeos se trasladaron hasta las puertas de los vestuarios donde se mezcló también la hinchada, que lanzó objetos contundentes a los jugadores visitantes. Un grupo de cuatro jugadores del verde, incluso, debió quedarse cinco minutos más en el centro del campo porque en la puerta de entrada al camarín los estaban esperando unos enfurecidos hinchas.

Finalmente, todos pudieron retirarse de la cancha y la batalla terminó sin lamentar graves heridos en la localidad de Tres de Febrero. Ferro se quedó con el triunfo por 2 a 1 y escaló a la quinta posición de la Primera Nacional, mientras que Estudiantes quedó en el 13° lugar.

Lamentablemente, no se trató del único hecho que empañó la jornada futbolística en el ascenso. Previo a este encuentro, hubo otros dos partidos que también finalizaron en medio de escándalos y con el enojo puesto en lo mismo: las ternas arbitrales.

En Zárate, los futbolistas de Defensores Unidos terminaron el partido ante Almirante Brown enojados con el juez principal y protagonizaron incidentes con la policía en el ingreso al vestuario. Mientras tanto, en Puerto Madryn, un encuentro se suspendió en el entretiempo debido a que el referí que estuvo a cargo de Guillermo Brown ante Defensores de Belgrano acusó que un compañero de su terna sufrió agresiones en el túnel.