Las charlas entre el equipo económico de Argentina y el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) atraviesan un momento de tensión. Según indicaron fuentes del Palacio de Hacienda y noticias provenientes de Washington, el Gobierno nacional no está dispuesto a poner en juego la actividad económica, mientras el organismo multilateral insiste con medidas de austeridad.

El ministerio de Economía quiere obtener fondos adicionales y se prevé, que en principio, que el Fondo podría llegar a enviar unos 2.000 millones de dólares más los reembolsos estipulados una vez concluido el acuerdo. Además, pidió elevar la meta del déficit fiscal a 2,5% del PBI para este año, aunque en el organismo plantearon la necesidad de una reducción al 1,6%.

De acuerdo a Washington, en las negociaciones "todos juegan a hacer creer que se creen". Es más, el nuevo acuerdo a lograr duraría solo hasta diciembre. Según señaló Ámbito Financiero, en el FMI saben que será necesario barajar y dar de nuevo" tras las elecciones en Argentina.

Mientras se espera llegar a un acuerdo, el Gobierno nacional postergó los pagos al Fondo por más de 2.500 millones de dólares concentrándolos al 31 de julio, según confirmó un portavoz del organismo multilateral. En tanto, trascendió que el FMI admitiría el costo que representó la sequía concediendo al país una rebaja en las metas de reservas en divisas.

En este sentido, el Palacio de Hacienda enviará la semana próxima una misión a Washington. En medio de una desenfrenada inflación, devaluación del peso y pérdida de reservas del Banco Central, el Gobierno confía en cerrar las nuevas metas del acuerdo.