Al menos 719 personas terminaron detenidas en la noche del domingo en Francia en la quinta jornada de protestas, disturbios y represión. Los enfrentamientos comenzaron a partir de la muerte de un adolescente baleado por la policía.
Además, 45 policías y gendarmes resultaron heridos, y 577 vehículos y 74 edificios terminaron incendiados, según un comunicado del Ministerio del Interior francés. Este organismo contó también 871 incendios en la calle. Por otro lado, los manifestantes atacaron 10 comisarías de policía, 10 cuarteles de gendarmería y 6 comisarías municipales. Marsella y Lyon fueron las dos ciudades más afectadas por la violencia.
Llamativamente, las protestas se extendieron a otros países francoparlantes, como Bélgica y Suiza. Unas 35 personas terminaron detenidas en Bruselas, la capital belga, el sábado a la noche en concentraciones que funcionaban como ecos de las francesas. Cien personas se habían reunido en una plaza de la ciudad e intentaron alterar el orden público. La gran mayoría de los detenidos eran menores de edad.
Además, en Lausana, Suiza, siete personas quedaron detenidas luego de romper varios escaparates. Eran más de 100 personas las que se reunieron en el centro de la ciudad el sábado por la noche y, pese a los destrozos, no hubo ningún herido en la tensa noche.
