El papa Francisco se operó dos semanas atrás, en el hospital Gemelli de Roma, tras padecer una hernia abdominal. En este sentido, recibió el alta el pasado viernes, después de estar internado durante nueve días en el centro de salud de la capital italiana.

Si bien ya tiene el alta hace casi una semana, aún está sufriendo el post operatorio y, según detalló durante un audiencia que tuvo lugar ayer en el Vaticano, todavía experimenta los efectos de la anestesia general, por lo que no puede respirar del todo bien.

"Estoy aún bajo el efecto de la anestesia y la respiración no es buena", subrayó el máximo pontífice, dirigiéndose a un grupo de participantes de la Asamblea de la Reunión de Obras para la ayuda de las Iglesias Orientales.

Además, por sus dificultades para respirar, el papa Francisco le informó a ese grupo que no iba a poder leer el discurso que preparó para la ocasión. Aunque, de todos modos, le entregó el escrito con lo que tenía pensado decir y también saludó a los integrantes del mismo.

A pesar de las dificultades que le dejó la operación, el pontífice está cumpliendo con su cargada agenda de forma normal, desde el pasado viernes. Tal es así que se reunió con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y también con el máximo mandatario brasileño, Lula Da Silva. Este último habló hoy, en una conferencia de prensa que dio en Roma y sostuvo que había visto muy bien a Francisco, “con la energía de una persona de 30 años”.