Un hombre encerrado adentro de un auto amenazaba con suicidarse en Carolina del Sur, Estados Unidos, cuando la policía llegó para “ayudar” tras un llamado de su madre. La respuesta, sin embargo, fue completamente inesperada: los oficiales dispararon 50 tiros contra el vehículo.

El intento de suicidio que terminó en un tiroteo por parte de la policía de Carolina del Sur ocurrió hace más de una semana, pero trascendió en los últimos días. Todo comenzó cuando Trevor Mullinax, de 29 años, estacionó su camioneta en un terreno tras haber visitado la tumba de su abuela. Según detalló su familia, el hombre había discutido con su novia y consideraba el suicidio, con lo cual su madre, Tammy Beason, fue a buscarlo y estuvo intentando disuadirlo durante cuatro horas.

En ese contexto, la mujer llamó a emergencias para obtener ayuda y evitar el suicidio de su hijo, que se había llevado una escopeta en la camioneta. Sin embargo, la policía se presentó en la escena con una extraña interpretación de lo que sería ayudar a alguien que considera quitarse la vida. Apenas unos segundos después de bajar del patrullero, empezaron a disparar contra el auto de Mullinax estando su madre justo al lado del vehículo.

Las imágenes de las cámaras que portaban los mismos policías muestran la enorme cantidad de balas que impactan sobre el parabrisas y cómo la madre del joven corre a refugiarse tras unos arbustos mientras grita aterrorizada. En la demanda interpuesta por la familia contra los oficiales, se lee que los efectivos se comportaron “como vaqueros de una película de John Wayne”. Según informó la madre del agredido a The Washington Post, su hijo recibió nueve disparos, tres de los cuales fueron en su cabeza, y debió ser operado a raíz de las lesiones sufridas.

Según los abogados de la familia, Mullinax levantó las manos antes de que los oficiales abrieran fuego y, sin embargo, le dispararon “alrededor de 50 rondas”. En contraste, la versión de los policías apunta a que el hombre había agarrado su escopeta y que por eso empezaron a disparar.

En esta línea, un comunicado de la oficina del alguacil Kevin Tolson, a cargo de los agentes acusados, sostuvo que los policías “respondieron adecuadamente a la amenaza, tal como fueron entrenados para hacerlo”, mientras que la madre de Mullinax explicó que lo único que quería “era conseguir algo de ayuda” para su hijo.