El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) comenzó los ensayos para probar la eficacia de varias vacunas contra la influenza aviar altamente patógena (HPAI), con la esperanza de controlar la propagación del brote, calificado como "el peor en la historia del Estados Unidos".
Hasta ahora, el virus se ha informado en todos los Estados norteamericanos menos en Hawái y al momento ha provocado la muerte de casi 60 millones de aves de corral.
Si bien en las fronteras estadounidenses ya existen cuatro vacunas autorizadas para la influenza aviar, ninguna está aprobada para la cepa más virulenta, (H5N1 clade 2.3.4.4b), que es la que se encuentra actualmente en el brote, así como también en otros países de América.
Según los especialistas es probable que es cepa específica se haya originado en aves silvestres, pero la realidad es que más tarde alcanzó a las granjas avícolas comerciales y luego se extendió a los mamíferos no humanos, incluidos pumas, coyotes y delfines.
La preocupación a nivel mundial es que esta cepa continúe mutando y que, llegado el caso, se transmita a otro mamífero: el ser humano.
Por estos motivos, las autoridades del USDA comenzaron a probar cuatro vacunas en abril, iniciando el programa con ensayos de dosis única. Se espera que los datos iniciales de los ensayos estén disponibles para fines de este mes, mientras que los resultados de los estudios de vacunas de dos dosis estarán para junio.
Influenza Aviar en la Argentina
En nuestro país, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) aceptó el pedido de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), para que se instrumente un plan de vacunación para toda la población de aves del país.
Según había indicado la Cámara: "La emergencia sanitaria de la influenza aviar, está poniendo en crisis al sector de producción de huevos y carne aviar, con pérdidas animales y económicas muy graves".
Esto despertó revuelo en el ámbito nacional, dado que llegado el caso que se vacune contra la gripe aviar en la Argentina, se perdería el estatus sanitario "libre de influenza aviar sin vacunación", una insignia que hoy le permite al país exportar carne fresca a diferentes países.
"Somos conscientes de que la instrumentación de la vacunación generaría un perjuicio a otro sector, por su eventual impacto en el cierre de mercados para las exportaciones de productos frescos y, también al Estado, por pérdida de divisas. Pero desde CAPIA entendemos que, sanitariamente, la vacuna es la solución al problema que enfrentamos", había comentado en su momento Javier Prida, titular del al Cámara.
En contraposición a esto, desde el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), afirmaron que "por el momento (20 años de investigación), ninguna vacuna de las que están en desarrollo ha demostrado resultados exitosos con su aplicación, sí, algunas mejoras en mortandad y en contener en parte los resultados productivos, pero manteniendo la actividad viral y demandando revacunación permanente".
De vacunar como obligación en el país, las empresas asociadas de CEPA serían las principales damnificadas por el cierre probable de los mercados.
