El juez Hugo Decaría, titular del juzgado criminal y correccional número 20, sobreseyó a cuatro ex directivos de Boca Juniors- Daniel Angelici, Christian Gribaudo, Carlos Aguas y Rodolfo Ferrari- acusados por la actual directiva de haber defraudado al club.

Los exdirectivos del club, encabezados por Angelici, estaban acusados de cuatro fraudes distintos: la caja del club donde había una diferencia negativa y presuntamente injustificada de 85 millones de dólares; las remodelaciones de la Casa Amarilla (en el predio contiguo a La Bombonera) sin llamado a licitación y con una duplicación de honorarios por casi 100 millones de pesos; una comisión injustificada a Cristián Bragarnik, socio de Angelici, por el pase de Darío Benedetto, que representó el 10% de casi 9 millones de euros y, por último, el pago anticipado e injustificado a Talleres de Córdoba de 2,5 millones de dólares por el pase de Cristián Pavón, que finalmente nunca se vendió.

El juez, finalmente, sobreseyó y declaró inocentes a Angelici, exoperador judicial de Mauricio Macri, y a sus excompañeros de dirigencia en Boca Juniors, con al menos dos argumentos que resultaron llamativos para el periodista Gustavo Grabia.

El primero, tiene que ver con la venta de Benedetto, en la que el juez declaró legal la comisión a Bragarnik por un contrato previo que así lo estipulaba, sin cuestionar la legalidad de ese contrato.

Y el segundo, que es quizás el más hilarante, fue un argumento de corte futbolístico en el que, incluso, citó al técnico de Rosario Central, Miguel Ángel Russo. Para el juez, el pago a Talleres se justificó en que Pavón en ese momento era la figura de Boca, se suponía que iba a ir al Mundial y la iba a romper. Luego valdría 50 millones. Fue simplemente un negocio económico que no salió: “Son momentos, son decisiones”, citó a Russo.