Ayer asesinaron a Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620 que estaba a un mes de jubilarse y murió después de que tres ladrones y un policía se enfrentaran a bordo del vehículo que estaba conduciendo. En este sentido, muchas líneas de colectivos decidieron parar en solidaridad con la familia de la víctima y también para reclamar mejores y más seguras condiciones laborales.
No solo esto, sino que muchos colectiveros fueron a protestar al cruce entre la Ruta 5 y General Paz, lugar al que se acercó Sergio Berni. Cuando llegó el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires varios de los choferes se enojaron, le tiraron botellazos, palazos y le pegaron piñas.
Más tarde, los oficiales decidieron tirar gas pimienta y reprimir a los manifestantes que estaban en el lugar de los hechos, a pesar de que muchos de ellos estaban protestando pacíficamente luego del asesinato de Barrientos.
De esta manera, el funcionario se retiró -contra su voluntad- en un patrullero escoltado por la Policía de la Ciudad y visiblemente golpeado. Y luego se confirmó que sufrió una fractura de cráneo y hundimiento de órbita en su cara.
Además del conflicto que protagonizó Berni, ayer decidieron parar más de 120 líneas de colectivos y en la primera hora de hoy la mayoría levantaron la medida de fuerza. Sin embargo, dos líneas continúan con la protesta y siguen sin funcionar.
Se trata de la 328 y la 620, en la cual trabajaba Daniel Barrientos hasta el momento en el que fue asesinado arriba del colectivo que estaba manejando. Mientras tanto, trascendió que desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) podrían llevar a cabo una nueva medida de fuerza para seguir reclamando por las inseguras condiciones de trabajo de los choferes, aunque todavía no hay novedades al respecto.