Tras los escándalos que vinculan a Marcelo Corazza y Jey Mammon con la pedofilia y la pederastia, el tema del abuso de menores captó la atención de todos. En este contexto, Gerardo Romano reveló un dato muy oscuro de su pasado al recordar que fue abusado sexualmente cuando tenía solo 12 años.
El actor aseguró que, tras décadas de silencio, recién en los últimos años pudo hablarlo: "No lo conté en su momento siendo chico, pero hace unos años lo conté, me curé, y puedo hablar de todo sin problemas". En este sentido, afirmó haber atravesado un proceso de deconstrucción por el cual pudo desprenderse del trauma. Por este motivo, sin mencionarlo, enfatizó en la necesidad de la ESI.
“Lo importante es educar y aleccionar a los chicos a no tener una cuestión oscura, impenetrable. El cuerpo es algo prohibido, un tabú, no se puede tocar, todo es pecado, y entonces uno queda envuelto en un mar de dudas, cuando podría tener las respuestas antes. Y cuando llega el momento no deseado, con un abusador, saber dónde está parado, qué está bien, qué está mal, y cómo reaccionar”, sostuvo a Ciudad Magazine.
Lo importante es educar a los chicos, sino uno queda envuelto en un mar de dudas, cuando podría tener las respuestas antes.
En ese momento, le señalaron que para eso último también existe la ley, pero Romano retrucó: “Cuando en un colectivo te entra a manosear un tipo sin tu consentimiento, ahí no hay ley, no hay ningún cartel que diga: ‘Tranquilo que esto es ley, el señor que te está tocando el miembro está equivocado’. Pero vos después, ¿a quién le contás la historia?”.
Consultado sobre si llegó a hablar del caso con algún familiar, el actor dijo no recordarlo, pero que seguramente no lo había hecho. Y se explayó: “Yo era chiquito, en el momento salí corriendo. Después me fue a buscar al colegio. Salí con un amiguito, miré y estaba en la vereda de enfrente. Me saludó con una inclinación de cabeza sutil y cuando empecé a caminar me empezó a seguir. Tendría 12 o 13 años”.
Eso le pasó al menos otro día más: “Volvió a aparecer y a seguirme. Yo caminaba a toda velocidad para escaparme, para que me perdiera de vista. Hasta que empiezo a transpirar, agitarme, asustarme, me doy vuelta y veo que viene a 20 o 30 metros con una sonrisa macabra”.
“De repente veo que vienen por mi vereda dos policías de uniforme caminando hacia mí y me agarro de ellos, los abrazo y me pongo a llorar. Les cuento lo que me pasa y cuando preguntan cuál era el tipo lo señalo. La policía lo agarra de cuatro zancos, lo dieron vuelta, le doblaron un brazo y les digo: ‘No era él, perdón, me equivoqué'. En el susto señalé a otro”, recordó el actor sobre ese traumático episodio.