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Columnistas

El declive de la memoria a partir de los 50 años

Es muy común que, a los 50, nuestras conversaciones estén marcadas por olvidos de nombres, direcciones, fechas; que nos olvidemos donde dejamos las llaves, de abrir la heladera y no recordar para qué era, además nos falla un poco la concentración. Hay veces que nos vemos leyendo y re-leyendo el mismo párrafo de un libro ya que no le prestamos la debida atención. Nuestra frase preferida: “no me olvido la cabeza porque la tengo pegada”.


Científicamente un 25 por ciento de la población padece una decadencia de la memoria a partir de los 50 años, aunque la mayoría padece este déficit por trastornos de ansiedad o depresión, y un porcentaje muy pequeñito, del 3 por ciento, por patologías graves.


Es así que se podría afirmar que el declive de la memoria comienza a partir de los 30 ó 40 años, aunque es a los 50 años cuando esta pérdida se ve incrementada.


Además, en relación a otras habilidades de nuestro cerebro, la memoria es la gran maltratada de nuestra era. El acceso fácil y rápido a tanta información desde las nuevas tecnologías es la principal causa de su pérdida de valor.

¿Para qué vamos a estar continuamente recordando un número de teéfono, si ya lo tenemos en el whatsapp, para que recordar las fechas de cumpleaños si Facebook nos lo dirá apenas prendamos la compu., para qué si con un click tenemos delante y sin esfuerzo los datos que necesitemos?

En una breve encuesta, en el IG de Mujeres 5.0 , en la cual se preguntaba sobre los distintos déficit de memoria que más tenían nuestras mujeres, el primer dato que arrojó dicha encuesta fue que la gran mayoría contestaron con lo cual podríamos inferir que es un tema que les preocupa. En segundo lugar el tema de pequeños olvidos como los nombres, datos y la cada vez más acentuada dificultad para prestar atención, de tener una atención y concentración más débil fue lo que más sentían.


El tema de la memoria nos angustia, Lacan el famoso psicoanalista nos diría : “me-moría”, y si, ya que la pérdida de memoria es como ir perdiendo parte de nuestra vida. Cuando la comenzamos a perder sentimos que con ella se va una parte de nuestra vida. Si te has dado cuenta de que quizás estás descuidando esta capacidad, puede ser que haya llegado el momento de dedicarle algo más de atención. Lo positivo de todo esto es que ejercitar la memoria puede ser una prevención contra enfermedades como el Alzheimer como lo más fuerte, pero también el reactivar la memoria es trabajar en nuestra calidad de vida.


Ahora bien, ya vimos que la memoria disminuye a los 50 años, y como parece que nos sacamos todos los números de la rifa….¿qué pasa con las mujeres que entran en la menopausia? Las Mujeres 5.0 en la menopausia, también afirman que sienten una menor agudeza mental, que no pueden recordar o concentrarse tan bien como antes. Los cambios hormonales pueden afectar a tu eficiencia cognitiva. Algunos lo llaman “niebla mental” y afecta a casi el 50% de las mujeres en el climaterio.


Pero atención con esto: No es claro hasta qué punto la menopausia natural afecta a la memoria o si esto es una consecuencia del envejecimiento normal. No hay mucha evidencia que demuestre que la menopausia natural afecta la memoria o las funciones mentales. Si es posible que los sofocos, la falta de sueño o dificultades para dormir, síntomas típicos de la menopausia afecten la memoria y la concentración.


Por otro lado, hay indicios de que una menopausia médica quirúrgica o repentina, puede generar un cambio abrupto y dramático en el cuerpo: los niveles hormonales disminuyen en cuestión de días o semanas en vez de años. Los síntomas pueden presentarse de manera más abrupta que en el caso de una menopausia natural y más gradual y puede tener efectos adversos en la memoria. Se intenta averiguar qué impacto tienen los niveles de estrógeno en la agudeza mental y en la memoria. En línea general, los estrógenos modulan capacidades cognitivas, como aprendizaje y memoria, el comportamiento y la vida afectiva. Entonces, si los valores de estrógeno son bajos o si tomas algún fármaco que bloquee los efectos del estrógeno, disminuya tu capacidad cerebral para recibir, comunicar y almacenar información, lo que perjudicaría la memoria.

Podría haber otros factores además de la menopausia. Las alteraciones de sueño, la fatiga, la ansiedad y la depresión tienen un gran efecto en la memoria. deficiencia de vitamina B12 y el hipotiroidismo. Por lo cual si tienen dificultades de memoria, no duden en consultar a su médico de cabecera, que podría ayudarte a detectar las posibles causas.


Buenas noticias

Asumir el envejecimiento cognitivo como un deterioro significativo en la salud femenina es esencial para comprender el impacto de la menopausia en el cerebro, lo cual nos invita a desarrollar estrategias para prevenir la pérdida de memoria en las mujeres. Y aquí vamos con un punto que para mí es fundamental: nuestra autoestima, nos sentimos descuidadas, débiles, en algún punto hasta deterioradas, nos encontramos de repente con una disminución de nuestras capacidades intelectuales.

Pero la ciencia viene a nuestro rescate: ya se está investigando cómo afecta la menopausia al cerebro y a la memoria. Se sabe así, que reduce el nivel de glucosa en el cerebro, el principal combustible de las células cerebrales, pero la buena noticia es que el mismo cerebro busca otras fuentes metabólicas para proporcionar esa energía necesaria para funcionar y, poco a poco, equilibrarse.

Antes se creía que la cantidad de células en el cerebro era fijas, pero actualmente se sabe que esto no es así. Aunque no lo crean pueden generarse nuevas células del cerebro, independientemente de la edad. Como con el resto del cuerpo, cuanto más se ejercite el cerebro, mejor funcionará. Así que mantener ocupado el cerebro es importantísimo. Aprender cosas nuevas, tener diferentes experiencias y trabajar la memoria cuando no podemos recordar algo (números de teléfono o cumpleaños de familiares). Es muy útil realizar listas de tareas pendientes, tener recordatorios y esto es fundamental: no hacer demasiadas cosas a la vez.

Ejercitar el cuerpo también es importantísimo, ya que hay estudios que sugieren que realizar actividad física regularmente puede proteger contra la pérdida de la memoria.

Entonces: ¿Cómo mejorar, reactivar y/o recuperar nuestra buena memoria?
La dietista especializada en mujeres en el climaterio, Bárbara Munar autora de Reinas sin reglas. Claves nutricionales para la salud femenina a partir de los 40 años (Grijalbo), desarrolla un manual sobre la salud de la mujer en el climaterio que incluye sugerencias para prevenir el deterioro de la memoria.

Según Munar hay tres pilares fundamentales que nos pueden ayudar a mantener la salud de nuestro cerebro y en especial a que la memoria permanezca intacta el mayor tiempo posible: estos son: el contacto social, la actividad física y la cognitiva. Pero atención, las dos últimas hay que realizarlas con muchas ganas y esfuerzo, ya que los estudios demuestran que tienen efectos beneficiosos directos sobre el cerebro, incluso a nivel de la función celular.

Por otra parte, el contacto social, tan necesario para los seres humanos, consigue mantener nuestra mente continuamente estimulada, escuchar al otro, interpretar mensajes diferentes, evaluar diferentes puntos de vista, recordar datos para una buena comunicación. Un cerebro motivado es un cerebro más activo y viceversa; es una combinación altamente saludable. Es fundamental estimular la memoria y volverla a reactivar. Un tema tan normal como interactuar con nuestros amigos y familiares ayuda también a alejar y/o reducir posibles enfermedades como la depresión o el estrés, factores íntimamente ligados con la pérdida de memoria.

Caer en una depresión dificulta mantener la concentración y ya hemos visto lo importante que es este factor para retener recuerdos. Los estados mentales relacionados con la tristeza impiden que la memoria a corto plazo funcione como debería, por lo que los recuerdos se ven impedidos también a desplazarse a la memoria a largo plazo. Las relaciones sociales estimulan nuestro cerebro. Vale tanto el encuentro cara a cara como a través de otros canales como el teléfono o las redes sociales. Y no descartemos tampoco el valor que tiene una mascota en casa.

La actividad física, por otro lado, estimula el flujo de sangre al cerebro y con ello mejora también nuestra memoria, reduciéndose además los riesgos de padecer demencia., practicar deportes aeróbicos: es decir caminar, correr, nadar o montar en bicicleta, aumenta el tamaño del hipocampo, el área del cerebro que se encarga de la memoria verbal y del aprendizaje. Mens sana in corpore sano.

Los resultados no son los mismos por lo que respecta a otro tipo de ejercicios como los de musculación.
Según este trabajo, la cantidad de ejercicio recomendada es de 150 minutos a la semana de actividad física moderada. Considera que los trabajos domésticos entran también dentro de esta categoría ( Que bueno, yo me relajo muchísimo con las tareas del hogar e intento que sean divertidas ).
Cabe destacar que el ejercicio mejora nuestro estado de ánimo y nuestro sueño y reduce nuestro estrés y nuestra ansiedad, factores que actúan como un obstáculo para el funcionamiento de nuestra memoria.

Mas claves para mejorar nuestra memoria a partir de los 50 años y en plena menopausia:
Menos estrés y mejores hábitos
Bárbara Manur nos recomienda: “A nivel de estilo de vida es muy importante reducir el consumo de alcohol, azúcares libres y grasas saturadas”, alerta la experta en menopausia. Como hábitos dietéticos para mejorar la memoria, la más recomendada sigue siendo una dieta mediterránea, con ingesta de ácidos grasos omega-3 que se pueden encontrar en el pescado y la linaza.


Además: “también reducir el estrés y mantener una correcta higiene de sueño, para descansar mejor”. Un sueño adecuado, de un mínimo de siete horas cada noche, es básico para lograr que el cerebro descanse. El sueño no sólo juega un papel clave para almacenar y fijar lo que aprendimos durante el día, sino que también ayuda a limpiar el cerebro de proteínas amiloides, que inhiben a la memoria.


Estas recomendaciones para prevenir el deterioro de la memoria deberían de empezarse a seguir a principios de la mediana edad, con el fin de lograr un envejecimiento saludable y una mejor calidad de vida. Pero, desde luego, se pueden empezar a aplicar todos estos hábitos saludables ya desde comienzos de la perimenopausia, pues ayudan a mantener la memoria intacta de las mujeres.

Para ir concluyendo con el tema de este artículo yo les agregaría otras formas placenteras de mejorar nuestra memoria:

  1. Tener un propósito en la vida. Objetivos, planes a largo y corto plazo, Puede ser comenzar una nueva carreara, cursos, programar un viaje, nuestra capacidad cerebral mejorará si nos centras en cumplir con un objetivo vital.
  2. Bailar, me encanta bailar, cada día bailo más y nuevos ritmos. Bailar es adictivo, te hace pensar los pasos a seguir, te hace comunicar con los otros, crea grupos de pertenencia y encima es muy divertido. Pensar y recordar las coreografías, diferenciar los ritmos, marcar los tiempos es una gran forma de movilizar nuestro cerebro
    “La construcción cerebral encuentra una triple alianza en el baile”, explica Fotuhi quien, además, recomienda practicar tango: “la actividad física protege el cerebro, el aprendizaje de los pasos y la técnica hace que crezca su capacidad de memoria y la socialización derivada lo ayuda a desarrollarse”.
  3. Aprender algo nuevo. Un estudio científico demostró que aquellos taxistas a los que se les obligó a aprender a manejarse por las calles de sus ciudades sin ayuda de un GPS desarrollaron más la parte del cerebro asociada con la memoria espacial. Antes de que apareciera el gran Google y nos diese una respuesta inmediata a cualquier duda, las personas eran capaces de recordar los trayectos, los datos históricos relevantes e incluso los números de teléfono de sus contactos más directos sin tener que acudir a ningún dispositivo electrónico. Párate a pensar, ¿eres capaz de recordar la fecha de cumpleaños de diez de tus amigos más cercanos sin acudir a sus perfiles en redes sociales? Pequeños desafíos mentales que no deberíamos abandonar. Se recomienda también, no realizar los mismos caminos para ir y volver del trabajo a casa, no repetir rutinas por mucho tiempo, cambiarlas y adaptarnos a situaciones nuevas.
  4. Condumir ácidos grasos omega-3. “El combo de ácido docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA) aumenta el flujo de sangre al cerebro, reduce la inflamación y ayuda a las neuronas a repararse”, explica el doctor Fotuhi quien a través de su investigación también ha encontrado que el DHA puede retrasar el deterioro cognitivo. Solo hay ventajas en incluirlos en nuestra dieta. Procurando consumir pescados como sardinas o el salmón, vegetales de hoja verde oscura –espinacas, col o escalora– y otros alimentos ricos en omega-3como las nueces o las semillas de lino.
    En definitiva, antes de que se “olviden” de este artículo, hagan el esfuerzo de leerlo todo y varias veces, de tratar de recordar los puntos en los que más se identificaron y en los puntos de ayuda que más les agradarían realizar .

Tener una buena memoria, ágil, reactivada y ejercitada les hará sertirse más seguras de si mismas. Eso está clarísimo.

Las invito a recordar…

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