La clausura de la Bombonera, 24 horas antes del partido ante Central Córdoba de Santiago del Estero, detonó la disputa política que hay en Boca: el sector de Riquelme contra el macrismo de Angelici. Las nuevas autoridades del club dejaron entrever que la fiscal encargada de cerrar la tercera bandeja del estadio es una funcionaria que responde a lo intereses del expresidente del club.
El clima político empieza a tomar protagonismo en el mundo Boca porque este año hay elecciones. Cada hecho es tomado por un sector del club para tomar posición, colgarse los laureles o acusarse por los problemas que hay.
En este sentido, el pasado domingo se vivieron momentos de tensión en la Bombonera, tras la clausura de la tercera bandeja (tribuna que era ocupada por los visitantes, antes de que haya solo público local). Antes del partido, se pudieron ver pasacalles en los alrededores con acusaciones a la exdirigencia de Boca. A su vez, el pueblo bostero le brindó su apoyo a Riquelme y también insultó a Angelici durante la previa y en el entretiempo.
Mientras tanto, el sector que responde a Riquelme y compañía manifestaron que la fiscal Celsa Ramírez del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires que pidió al juez Rodolfo Ariza la clausura preventiva de la cancha está respondiendo a los intereses del expresidente Daniel Angelici. Esto reflota la trama política de un año electoral en Boca donde el macrismo, ya instala Andrés Ibarra para recuperar el club.
Sin embargo, la clausura preventiva de la Bombonera desnuda las deficiencias del estadio en cuanto a su capacidad y a su infraestructura. Esta situación abre un nuevo interrogante: ¿Boca debe quedarse en la Bombonera como está, ampliarla o mudarse y hacer un nuevo estadio?
