Siete personas fallecieron, en la madrugada de este miércoles en Brasil, cuando el colectivo en que viajaban cayó por un barranco. Iban de Florianopolis a Foz de Iguazú. Entre los muertos, cinco eran argentinos, cuatro de los cuales ya fueron identificados. El accidente provocó, además, 22 heridos.

Fernando Benítez y Giuliana Tessari, de 24 años, dos de las víctimas, eran pareja. Ambos vivían en Wanda, Misiones. De esa misma provincia provenían dos más de los fallecidos: Carina Martínez, de 42 años y su hijo David, de apenas tres. Ellos vivían en Puerto Iguazú.

El conductor ya admitió, frente a testigos y la propia policía, que se durmió mientras manejaba.

Benítez y Tessari, quien tenía una hija, habían viajado juntos por sus vacaciones. Martínez, por su parte, volvía de disfrutar unos días de viaje con su familia, compuesta por sus tres hijos (de 3, 11 y 17 años) y su marido, quien también fue herido en el accidente.

La Justicia brasileña está investigando el caso. Sin embargo, el conductor ya admitió, frente a testigos y la propia policía, que se durmió mientras manejaba. Si se determina que fue el responsable de lo que ocurrió, deberá responder ante la Justicia por "homicidio durante la conducción de un vehículo automotor o por lesiones corporales". Además, la empresa debería ser penada por exceso de trabajo, ya que el conductor no tenía reemplazo y le faltaban más de 100 kilómetros para dejar de estar al volante.