En la última etapa de pruebas en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, uno de los peritos forenses citados por la defensa de los ocho rugbiers acusados del homicidio se refirió a las maniobras de resucitación practicadas a la víctima. “No fue la RCP que mató a Fernando, pero agravó la situación por la movilización (del cuerpo)”, aseguró el médico Jorge Rodolfo Velich.
“La presión excesiva (en las maniobras de RCP) puede causar lesiones en el abdomen y en el hígado”, indicó Velich. El forense sostuvo que un sangrado en el hígado puede causar o acelerar la muerte.
A su vez, el perito señaló que “Fernando Báez Sosa tuvo una muerte traumática, una muerte violenta”. “Tuvo una sucesión de lesiones que para los que hacemos emergentología son una pesadilla (...) Inicia su camino a la muerte por golpes en el cráneo, golpes de determinadas intensidades que no quedaron claras en la autopsia”, agregó.
En el juicio frente a la mirada de los padres de la víctima, Graciela Sosa y Silvino Báez, y los ocho imputados, Velich consideró que no hubo un buen informe la autopsia, “ni siquiera cuando se describen las lesiones craneales tenemos imágenes de las lesiones. “El escrito de la autopsia, realmente, pido disculpas por lo que voy a decir, da vergüenza ajena”, lanzó.
Por último, afirmó que Fernando Báez Sosa “sufrió traumatismo de cráneo severo, que lo llevó a la pérdida de conocimiento”. “No creo que haya muerto en el lugar, pero sí que estaba inconsciente. Si hubiese muerto en el lugar yo me preguntó ¿para qué lo trasladaron?”, concluyó.
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