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Mundo

Estados Unidos: internas republicanas a codazo limpio

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, la cámara baja de ese país, se encuentra en medio de un debate descarnado protagonizado por el Partido Republicano. En las últimas elecciones, los republicanos obtuvieron una ligera mayoría, por lo que les corresponde a ellos elegir al nuevo presidente de la Cámara, la persona que reemplazará a la demócrata Nancy Pelosi.

Sin embargo, ese trámite demostró ser una fuente más de conflicto para el partido de Donald Trump, y una vidriera de las internas que cruzan a la organización conservadora. Kevin McCarthy, considerado un republicano moderado, es el favorito para ocupar el codiciado puesto. Para hacerlo, necesita conseguir 218 votos, la mitad más uno de los miembros de la Cámara. Los republicanos tienen apenas 222 representantes, y varios de ellos se muestran reticentes a levantar la mano para elegir a McCarthy.

Si bien la discusión tiene algunos tintes programáticos, y los distintos sectores del partido están discutiendo qué reglas internas van a imponer en la Cámara, la cuestión que realmente divide a los republicanos es puramente ideológica, y la pregunta es una sola: ¿va a someterse la minoría más radical del Partido Republicano a la mayoría, más moderada?

Por el momento, y la votación ya comenzó, pareciera que eso no va a suceder. De esta manera, McCarthy se convertirá en el primer candidato a presidente de la Cámara por la mayoría que perdió de los últimos cien años.

Los demócratas, mientras tanto, postularon a Hakeem Jeffries, el jefe del bloque, para presidente de la Cámara de Representantes. No tienen forma de ganar. Pero si logran mantener la disciplina partidaria podrían impedir que se nombre, por ahora, al sucesor de Pelosi.

Si McCarthy no obtiene los 218 votos, o logra que suficientes miembros de la Cámara se abstengan para bajar la cantidad de votos a favor necesarios, la Cámara quedará sin presidente. Constitucionalmente, no podrá sesionar hasta elegir uno. La última vez que esto sucedió fue en 1923, cuando votaron 9 veces seguidas hasta elegir al nuevo presidente de la Cámara de Representantes.

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