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Columnistas

¿Los hongos como alternativa al plástico?

Corría el año 2007 y en el Rensselaer Polytechnic Institute de Nueva York dos estudiantes de ingeniería mecánica, Eben Bayer y Gavin McIntyre, se preguntaron: ¿Cómo puede ser que a esta altura del siglo XXI no hayamos desarrollado un sustituto orgánico y fácilmente degradable para el plástico?

Intentando responder esta pregunta, fue que hallaron al candidato ideal para desplazar de su reinado a la gran familia de polímeros orgánicos derivados del petróleo (PET, HDPE, PVC, etc.). Y no lo encontraron escondido en un alga misteriosa de las profundidades del océano, sino que estaba a la vuelta de la esquina.

Se dieron cuenta de que la utilización de hongos podía ser la clave o, mejor dicho, su parte vegetativa que se llama micelio y tiene funciones similares a las raíces de las plantas (se conoce con el nombre de seta a la parte área o cuerpo fructífero, que es lo que se come).

En 2008, Eben y Gavin fundaron la compañía que hoy en día empuja esta tecnología al mercado, Ecovative Design y también patentaron su primer prototipo de plástico orgánico. Greensulate, como lo llamaron, es un combinado natural compuesto por micelio de seta de ostra (Pletorius ostreatus) combinado con deshechos agrícolas, principalmente hojas de avena o maíz.

El micelio es una especie de tela de araña compuesta por filamentos llamados hifas, que coloniza y cohesiona cualquier sustrato orgánico en que se coloque, formando una estructura sólida y consistente.

Su función en la naturaleza es la de descomponer residuos orgánicos para nutrirse, por eso es que se expande para ocupar todo el espacio que pueda.

Facil y limpio

La fabricación es bastante sencilla. Primero, se mezclan los sustratos orgánicos, luego se inoculan con una pequeña fracción de hifas y se lo deja incubar alrededor de cinco días, a una temperatura y humedad determinadas. El proceso termina con la cocción y el secado, obteniéndose un producto que se conoce como espuma de micelio.


Contando con el molde adecuado, se le puede dar al sustrato cualquier forma, que se solidifica con el agregado del micelio. En el transcurso del primer mes posterior al secado, este terminará muriendo y formará un sello hermético que lo aisla de la temperatura, la humedad y el fuego.


El resultado es un material sólido y liviano, ignifugo e impermeable, que no tiene nada que envidiarle al plástico sintético. Sin embargo, la característica revolucionaria de este producto es que se degrada en alrededor de 45 días en el suelo, un tiempo mucho menor que las espumas sintéticas que solemos usar, que tardan desde cincuenta a hasta mil años.



También se degradan mucho más rápido que los otros bioplásticos disponibles en la actualidad, como los derivados de almidón (polímeros de ácido poliláctico) y los oxodegradables (que requieren de la presencia de oxígeno para digerirse). Además, no necesitan de un medio específico para su digestión y se transforman en abono para la tierra en lugar de componentes más pequeños o micro plásticos.

Construcción con micelio, una alternativa


Otra ventaja es su sostenibilidad ya que genera un 90% menos de dióxido de carbono que los plásticos derivados de hidrocarburos y consume alrededor de un 10% de la energía que estos requieren.
Hasta el momento la aplicación principal de Greensulate es la de sustituto de plásticos sintéticos en envases y empaques industriales, pero está comenzando a utilizarse como material de construcción por sus propiedades mecánicas y aislantes.


En 2013 Ecovative Design fabricó una casa cuyas paredes fueron rellenadas con este material, a la que llamó Mushroom Tiny House. Eben y Gavin explicaron que la eficiencia de la espuma de micelio como aislante térmico y acústico es muy superior que la de los plásticos tradicionales, además de que esta no es inflamable. Esperan poder construir estructuras hechas íntegramente con la espuma, pero deben resolver algunos asuntos, como la absorción de agua y la susceptibilidad a las termitas.

Un año después una empresa de arquitectura llamada The Livings construyó una torre de ladrillos de espuma de micelio para exponer en el instituto de arte MoMA’s PS1 de New York. La estructura fue desmantelada tiempo después y compostada hasta su degradación completa, para mostrar lo fácil que resulta reciclar este material.


En la actualidad varias compañías multinacionales están comenzando a utilizar los productos de Ecovative Design. Ikea utiliza el Mushroom Packaging para acondicionar sus productos y Dell lo utiliza para amortiguar los servidores informáticos de gran tamaño durante su distribución.

Adidas ya lanzó su modelo de zapatillas Stan Smith Mylo en el que el cuero fue reemplazado con espuma de micelio.

Ni siquiera los países más avanzados en lo que respecta a políticas ambientales han solucionado el problema del plástico y siguen generando enromes cantidades que no llegan a reciclar. Por esta razón, la espuma de micelio se presenta como la alternativa más alentadora.


Que dos estudiantes universitarios hayan desarrollado por sus propios medios una solución viable para esta vieja problemática, sugiere que los países industrializados nunca estuvieron muy desesperados por frenar la producción de plásticos derivados del petróleo y dejar de volcarlos de toneladas al medio ambiente.

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