Más de 4,7 millones de refugiados de Ucrania huyeron del país en los 50 días transcurridos desde el inicio de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, el 24 de febrero, según las cifras del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La ACNUR ha registrado 4.736.471 refugiados (casi la población de Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero juntas) hasta este jueves, 79.962 más que en el conteo del miércoles.
Europa no ha registrado una ola de refugiados de esta magnitud desde la Segunda Guerra Mundial.
Cerca del 90% de las personas que huyeron de Ucrania son mujeres y niños, ya que las autoridades ucranianas no permiten la salida de hombres que estén en edad de combatir.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cerca de 215 mil personas no ucranianas también huyeron del país, encontrando dificultades a veces para volver a sus países de origen. La OIM estima que unas 7,1 millones de personas han sido desplazadas al interior de su propio país.
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En total, la guerra ha obligado a 12 millones de personas a huir de sus hogares, en un país que antes de conflicto tenía 37 millones de habitantes en los territorios controlados por Kiev, lo que excluye la península de Crimea, anexada por Rusia, y las zonas del este controladas por los separatistas prorrusos.
Graves repercusiones sobre Europa
La guerra en Ucrania tendrá repercusiones “severas” en la economía de la zona euro, especialmente en los países fronterizos como Rumania, Hungría y Polonia. En el caso de este último, ya son más de dos millones de refugiados los que han llegado.
Hoy, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aseguró que ”la guerra en Ucrania afectará severamente la economía de la zona euro y aumentó considerablemente la incertidumbre" en referencia al alza de los precios de la energía, las perturbaciones de la cadena de aprovisionamiento y la caída de confianza que bajan las perspectivas.
La guerra en Ucrania afectará severamente la economía de la zona euro y aumentó considerablemente la incertidumbre", Christine Lagarde.
Lagarde indicó que el “impacto de la guerra en la economía va a depender de la evolución del conflicto, del efecto de las sanciones y de posibles medidas adicionales” que sean adoptadas. Estas incertidumbres explican la prudencia del BCE que, a diferencia de otros grandes bancos centrales, no ha comenzado a aumentar sus tasas directivas ni tan siquiera ha anunciado cuándo tiene previsto hacerlo.