La candidatura de Silvio Berlusconi a la Presidencia italiana sumó hoy un nuevo rechazo desde la centroizquierda, y las fuerzas de derecha que la sostienen ya se abren a la hipótesis de un "plan B" para la sucesión del actual mandatario Sergio Mattarella.

El Parlamento votará los próximos 24, 25 y 26 de enero la Presidencia del país, y la presencia del tres veces premier genera turbulencias en el escenario político italiano. En las últimas horas, varias figuras de distintos sectores partidarios se refirieron a la candidatura de Berlusconi de manera negativa, por lo que el clima está bastante caldeado.

"Berlusconi es una figura divisiva, no puede ser presidente", planteó el diputado Stefano Fassina de Libres e Iguales, una de las fuerzas de centroizquierda que integran el Gobierno del premier Mario Draghi. En ese sentido, aseguro que "la centroderecha debe elegir otro nombre", a partir del apoyo que el político de 85 años tiene en las tres fuerzas del sector, Fuerza Italia, Liga y Hermanos de Italia.

La candidatura de Berlusconi a la presidencia parece tener las horas contadas de cara a las votaciones parlamentarias que se realizarán el 24, 25 y 26 de enero.

Al mismo tiempo, el jefe de bloque de la Liga en Diputados, Riccardo Molinari, señaló que la centroderecha debe "preparar un plan B" en caso de que la figura de Berlusconi no llegue con buenas chances a las votaciones, y que el sector debe "encontrar otra figura de centroderecha que sea compartida también por la centroizquierda". Por su parte, el senador y líder de Liga, Matteo Salvini, dijo que su fuerza dará a conocer el nombre de su candidato el 27 de enero, dando a entender que no apoyarán a nadie para las primeras votaciones.

El diputado del Partido Democrático Enrico Borghi se sumó hoy a los rechazos a Berlusconi, y consideró que la elección del expremier "sería un camino demasiado divisivo" que llevaría "al final de este Gobierno" que desde febrero de 2021 sostiene a Draghi con una amplia coalición. Días atrás, desde el partido Italia Viva, también de centroizquierda, el jefe de bloque Ettore Rosatto ya había expresado el rechazo de la fuerza a la candidatura de Berlusconi.

Para las primeras tres votaciones, la Constitución italiana requiere una mayoría calificada de 673 votos, mientras que a partir de la cuarta se proclamará Presidente a quien obtenga la mayoría simple de 505 apoyos. El Parlamento italiano reunirá el 24 de enero a sus 1.009 "grandes electores" que deberán elegir al sucesor de Mattarella, que termina su mandato el 3 de febrero.

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Con Berlusconi y el actual premier Draghi como candidatos, un grupo de legisladores del oficialista PD le pedirá a Mattarella que haga un "sacrificio" para un segundo mandato, pese a las resistencias del mandatario a buscar la reelección al cargo que ocupa desde 2015, al considerar que la "situación de emergencia" que atraviesa el país necesita la continuidad del jefe del Estado.