Por Daniela Rago
Aunque estemos en primavera, el verano ya nos acecha. El tema del cuerpo perfecto, se recrudece y comenzamos a pedir turnos de masajes reductores, dietas hipocalóricas y rápidas, compramos todo tipo de cremas autobronceantes, afirmantes, reductoras, en el famoso “llame ya” compramos todo tipo de máquinas que una vez instaladas en tu casa…jamás volverás a usar.
Exageremos o no, se acerca el verano y las Mujeres 5.0 y las mujeres de cualquier edad, metemos panza, ponemos la lupa en sus estrías, en los rollos, nos hacemos rollo por los rollos, y ni que hablar si tenés alguna cirugía en la panza.
Somos seres que caminan conteniendo la respiración para que no se note parte de nuestro cuerpo, que es normal y bello aunque los parámetros de la moda te confundan.
Nuestras panzas son parte importante de nuestro templo corporal, allí anidamos a nuestros hijos, ahí dentro se manifiestan nuestros sentimientos (a quien no se le inflama cuando está nerviosa o come mal ), nuestra panza es un mapa, un historial de nuestras heridas, cambios; de panzadas de sentimientos, caricias y besos.
Panza, pancita, panzota….la que tengas mostrala, dejala ser, soltala y respirá.
Panza, pancita, panzota….la que tengas mostrala, dejala ser, soltala y respirá.
Justamente salió hace unos días una campaña bajo la consigna "Hermana, soltá la panza", una iniciativa de "Mujeres que no fueron tapa" que busca desafiar el mandato de llegar delgadas y esculturales a las vacaciones. Más de 1.100 mujeres de todas las edades ya mandaron fotos y videos contando sus experiencias.
Lo que proponen es llenar las redes sociales de panzas de mujeres reales este verano para "hackear el operativo bikini" y así desarmar el mandato de llegar delgadas y perfectas a los primeros calores para lucir en traje de baño.
Más de mil de mujeres de todas las edades enviaron fotos y videos junto con los relatos de experiencias personales en las que cuentan lo opresivo que se torna por momentos la exigencia de "meter la panza" que vienen escuchando desde la infancia.
Son historias como decíamos al principio de este artículo, una seguidilla de panzas en primer plano. Lala Pasquinelli creadora de esta campaña, dijo a DCV:
“algunas con estrías, otras con cicatrices, algunas más prominentes incluso que el busto, otras que apenas sobresalen de los pantalones o polleras. Y todas flácidas, como la tienen la mayoría de las mujeres”.
Hay panzas con estrías, otras con cicatrices, algunas que apenas sobresalen… Y todas flácidas, como la tienen la mayoría de las mujeres. (Lala Pasquinelli, creadora de la campaña)
"Las mujeres cuentan cómo desde muy pequeñas, les decían que había que meter la panza con todo lo que implica esta restricción. Todas hemos sido educadas esto de no decir, no soltar, no expandirte, no ocupar el lugar", dijo.
Las Mujeres 5.0 estamos aprendiendo a dejar de vivir encorsetadas, a respirar y soltar, quizás sean las más jóvenes quienes tienen que luchar un poco más contra estos modelos atrofiantes que te ahogan sin cesar.
Ya hemos escuchado más de mil veces la amenazada que son las imágenes de las influencers con cuerpos perfectos, panzas chatas y marcadas. Pero debemos tomar conciencia que estos cuerpos nos son los de la mayoría, no son los nuestros.
Pasquinelli advierte que "por supuesto que esto no es una crítica" a esas mujeres que encarnan el modelo hegemónico de corporalidad”, el tema es que no se llegue a cosificar los cuerpos, que nos sean objetos o trofeos a obtener.
Nosotras tenemos panzas de todo tipo, estaría bueno empezar a descubrirlas y dejar de ocultarlas. Son como las arrugas, en general nos choca verlas…tendríamos que aflojar aquí la mirada y aprender a soportar y querer nuestras marcas del tiempo, marcas de historias vividas.
En definitiva, Mujeres 5.0, el tema sería permitirnos soltar, respirar, disfrutar….olvidarnos de la forma nuestro cuerpo en el verano y durante todo el año. Dejar de pensar en el todo el tiempo y permitirnos por derecho legítimo a ser como somos, a amarnos y construirnos como seres deseantes y que nos deseen tal cual somos.