Por Leticia Martínez
Durante casi 100 años, la masacre de Tulsa se mantuvo prácticamente oculta. Tras el asesinato de George Floyd en 2020, salieron a la luz algunos capítulos de la historia estadounidense que expusieron el maltrato que sufrió y sufre la población negra. Una de ellas es la matanza de más de 300 personas en el barrio que se conoció como el Black Wall Street. ¿Qué pasó?
Una masacre desatada por un artículo periodístico
En las primeras décadas del siglo XX el barrio de mayoría afroestadounidense Greenwood, en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, era conocido como el Black Wall Street, por ser considerado uno de los centros de poder económico más grande de la comunidad negra en Estados Unidos.
La prosperidad de Greenwood tuvo su final abruptamente el 31 de mayo de 1921. Ese día, salió publicada en un diario local una denuncia sobre una joven blanca que habría sido atacada por un hombre negro del próspero barrio. La respuesta fue que un grupo armado de otras partes de la ciudad de Tulsa decidió ir en búsqueda del supuesto atacante al Black Wall Street.
“El detonante fue una acusación que no vino ni siquiera de la supuesta víctima, sino que salió de la sugerencia de un diario en la que se responsabilizaba a un joven afroamericano de haber atacado a una mujer en un ascensor. Esto hizo que un grupo de hombres blancos de la ciudad se organizaran para ir a buscar y linchar al atacante”, explica la doctora en Historia y profesora de la cátedra de Historia de Estados Unidos en UBA, Valeria Carbone, a Diario Con Vos.
En tres días incendiaron y saquearon casas hasta dejar la destrucción total de las 35 cuadras que conformaban el barrio, más de 300 personas fueron asesinadas y al menos 10 mil se quedaron sin hogar.
La historiadora explica que cuando el grupo armado llegó a Greenwood se encontró con exveteranos de la Primera Guerra dispuestos a defender al joven por considerar que estaba siendo injustamente atacado. ¿Qué pasó? En un plazo de tres días, incendiaron y saquearon casas hasta dejar la destrucción total de las 35 cuadras que conformaban el barrio, más de 300 personas fueron asesinadas y al menos 10 mil se quedaron sin hogar.
“Lo de Tulsa no solo tomó notoriedad porque en 2021 se cumplieron 100 años de lo que representó un verdadero atentado terrorista contra el centro de poder económico de la comunidad negra de los Estados Unidos de la década del ´20, sino que es un episodio que fue totalmente silenciado por la historia hegemónica durante décadas y es importante sacarlo a la luz y darle el lugar que se merece”, explica Carbone, sobre el silencio que hubo durante un siglo.
Carbone explica que los diarios regionales se negaron a hablar de la masacre durante al menos 50 años y que la única nota que salió en los días en el que el barrio fue arrasado fue sobre los blancos que habían resultado heridos. “La historia de la masacre fue mantenida viva por los sobrevivientes y por sus hijos”, aclara la historiadora, autora del libro Una historia del movimiento negro estadounidense.
La masacre de Tulsa no fue un hecho aislado: en 1919 se había vivido lo que se conoció como Red Summer (Verano rojo) por la cantidad de linchamientos y masacres contra los afroestadounidenses. La particularidad de Tulsa, además de las dimensiones –los números varían pero varios historiadores sostienen que hubo alrededor de 300 muertos– es fue un golpe simbólico a un lugar considerado de poder económico para la población negra.
Después de George Floyd
El asesinato del afroestadounidense a manos de un policía –que quedó registrado en un video donde se veía a Floyd diciendo “no puedo respirar” mientras el oficial Derek Chauvin presionaba su cuello hasta matarlo– generó ira en las calles estadounidenses. Las protestas de organizaciones como el Black Lives Matter duraron semanas.
Hasta hoy los familiares piden saber dónde quedaron los restos de las víctimas, debido que ni siquiera fueron enterrados por las normas de segregación y no saben dónde están sus cuerpos.
Las movilizaciones que sacudieron al país, sobre todo durante el 2020, llevaron a que emergieran a la luz hechos de violencia policial reiterados contra la comunidad negra. Fue en ese contexto que el presidente Joe Biden visitó el pasado 30 de mayo la ciudad de Tulsa para conmemorar a los muertos en la masacre: fue el primer mandatario en hacerlo.
“Esto no fue un disturbio, fue una masacre”, fueron las palabras que eligió Biden para referirse a los hechos sucedidos en 1921. Hasta el día de hoy los familiares piden saber dónde quedaron los restos de las víctimas, debido que ni siquiera fueron enterrados por las normas de segregación y no saben dónde están sus cuerpos.
Teoría crítica racial
A la par de que salían a la luz varios hechos de violencia racista en el país, surgieron con fuerza algunos sectores que se oponen a que se hable del tema. Sectores republicanos, apoyados en su momento por Donald Trump, empezaron a cuestionar lo que se denomina Teoría Crítica Racial, que surgió en la década del ´70 y propone mirar la historia sin eludir el racismo.
En la teoría se plantea la idea de que se debe estudiar qué consecuencias tuvo la esclavitud en la formación del país, por lo que Trump llegó a sostener que ese tipo de investigaciones forman parte de una “cruzada” para destruir a Estados Unidos. “Hay sectores que argumentan que los blancos no son responsables colectivamente de lo que pasó hace 400 o 100 años”, explica Juan Negri, director de las carreras de Ciencia Política y de Estudios Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella, quien agrega que las movilizaciones de supremacistas cargaban carteles con leyendas como “yo nunca tuve un esclavo”.
Las críticas de los sectores más conservadores llevaron a que algunos estados avancen en medidas legislativas que buscan limitar y controlar parte de lo que los maestros enseñan en las escuelas, cuando hablan por ejemplo de la esclavitud en ese país y el vínculo con algún que otro padre de la patria norteamericana.
Si el asesinato de Floyd puso en el foco el racismo que nunca dejó de existir tras las leyes de segregación, también demostró que los sectores que no querían que se conozca parte de la historia triunfaron todos estos años. En el caso de la Masacre de Tulsa, tuvo que pasar un siglo para que empiece a ser cuestionado. Sin embargo, algunas injusticias son tan grandes, que por más que se busque evitar indagar en el pasado, la historia está ahí y a veces simplemente no se puede olvidar ni ocultar, por más esfuerzo que se haga.