La ropa es cada vez más cara, por este motivo, no es negocio cambiar o tirar una prenda cada que esta sufre un desperfecto: un agujero (malditas polillas); una pequeña mancha o que se te estire el cuello de tu remera favorita.
Para este último apartado tenemos una solución que lejos de ser una utopía, es muy sencillo de alcanzar. ¿Qué necesitás? Solo agua calienta, ganas y muy poquita paciencia.
Cómo arreglar el cuello estirado de una remera
- Remojar en agua caliente y secar en secadora: remojá la remera en agua caliente durante unos 10-15 minutos y luego escúrrela bien. Después, ponela en la secadora y sécala con calor medio. Esto puede ayudar a que el tejido se encoja ligeramente y recupere su forma original.
- Planchar con vapor: usá una plancha de vapor para humedecer ligeramente el cuello de la remera. Luego, estira suavemente el tejido y plancha el área con movimientos cuidadosos. El calor y el vapor pueden ayudar a que el tejido se retraiga un poco y recupere su forma.
- Aplicar almidón líquido: rociá un poco de almidón líquido en el cuello de la remera y luego pasa la plancha caliente sobre el área. Esto puede ayudar a que el tejido se endurezca ligeramente y recupere su forma original.
- Cosido de refuerzo: si el cuello está muy estirado, podés reforzarlo cosiendo una cinta o una banda elástica en la parte interior del borde del cuello. Esto ayudará a que el cuello mantenga su forma y no se estire fácilmente en el futuro.
Recuerda siempre probar estos métodos en una pequeña área poco visible de la remera antes de aplicarlos en todo el cuello, para asegurarte de que no dañen el tejido.
