En los últimos 15 años, Carlos Keen emergió como uno de los destinos más populares, pero su atractivo va más allá de las tendencias pasajeras. Este pueblo ofrece una experiencia encantadora, anclada en su historia, su entorno campestre y su creciente reputación como epicentro gastronómico.
Ubicado a apenas 83 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el partido de Luján, Carlos Keen conserva las características de su fundación en 1881, cuando surgió como resultado de la unión de tres estancias. Inicialmente, se estableció un depósito de agua para abastecer a las locomotoras que viajaban entre San Antonio de Areco y Pergamino.
Con la llegada del primer tren, se iniciaron los loteos y el pueblo creció al ritmo del ferrocarril Luján-Pergamino. En su apogeo en 1934, contaba con 3000 habitantes, comercios diversos, escuelas, clubes, cines e incluso hoteles. Sin embargo, en los años 70, el declive comenzó con la disminución del servicio ferroviario y la construcción de la ruta 7 a diez kilómetros de distancia.
Carlos Keen el pueblo ideal para comer un asado como corresponde
Hoy, Carlos Keen alberga a 560 residentes y destaca por su destacada oferta gastronómica, que se gestó a fines de los años 90 y ahora cuenta con alrededor de 20 locales, ofreciendo platos criollos y alimentos orgánicos.
El corazón de este pueblo es el predio de la estación, donde se encuentra el Centro Cultural y Turístico Carlos Keen. Aquí se celebra anualmente la Fiesta del Sol, se exhiben artesanías regionales y se disfruta de la feria, culminando con un fogón al atardecer donde se queman sueños y deseos.
Los visitantes suelen detenerse en la capilla San Carlos de Borromeo, de estilo neorrománico, que alberga la imagen del patrono del pueblo y celebra su festividad cada 4 de noviembre.
Qué otras actividades puedo realizar en Carlos Keen
Pero el encanto de Carlos Keen reside en su simple caminar: recorrer sus calles de tierra, el predio de la estación y sus típicos bodegones que atraen a cientos de visitantes cada fin de semana.
Uno de los establecimientos más populares es el Nene de Keen, que ofrece menús fijos y libres, incluyendo opciones para vegetarianos y celíacos. Su oferta culinaria, que incluye desde focaccia hasta tortas fritas crujientes para la merienda, deleita a los comensales con una experiencia gastronómica única.
Pero Carlos Keen no es el único atractivo en la región. A pocos kilómetros se encuentra Cortines, un pueblo que combina la tranquilidad de sus calles con la auténtica gastronomía rural.
Estas localidades forman parte del programa "Pueblos Turísticos" de la provincia de Buenos Aires, que tiene como objetivo promover el turismo en comunidades con menos de 2 mil habitantes, ofreciendo una experiencia auténtica y enriquecedora para los visitantes.
