La adopción responsable de un perro, y más si se trata de uno potencialmente peligroso, es una cuestión que debe tomarse con mucha seriedad. Las mascotas no son juguetes y, por eso, su cuidado merece de un compromiso serio que incluye dedicar tiempo, energía, paciencia y recursos financieros, como también brindarle educación para que tenga un buen comportamiento.
Cuando se considera la adopción responsable de un perro potencialmente peligroso (PPP), hay factores clave a tener en cuenta. En primer lugar, entender que el término refiere no a que el animal vaya necesariamente a atacar, sino a que en caso de hacerlo, por sus características físicas tiene la capacidad de causar lesiones importantes.
Segundo, saber que las razas de perros consideradas potencialmente peligrosas son Pitbull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Dogo Argentino, Ovejero Alemán, Fila Brasileño, Tosa Inu, Akita Inu, Doberman, Rottweiler, Bullmastiff, Dogo de Burdeos, Bull Terrier, Gran Perro Japonés, Mastín Napolitano, Presa Canario y Cane Corso, entre otras.
En tanto, es crucial evaluar la compatibilidad de tu estilo de vida con las necesidades del perro, asegurándose de tener el tiempo, la energía y un entorno adecuado. En cuatro lugar, se deben analizar los recursos financieros para cubrir los costos de la salud de la mascota como la esterilización, la vacunación y la atención veterinaria.
A su vez, es esencial tener un compromiso a largo plazo ya que la esperanza de vida del perro puede oscilar entre 8 y 14 años y es vital garantizar que tu casa sea segura para sus necesidades específicas. También, es fundamental tener en cuenta la legislación vigente, como la Ley Nacional de Perros Peligrosos y las leyes provinciales de Buenos Aires y Córdoba, que suelen requerir su registro.
Por último, al considerar la adopción responsable de un perro potencialmente peligroso se destaca la importancia de la educación por parte del propietario, ya que la peligrosidad radica más en la crianza y el entorno que en la raza en sí misma.
¿Cómo educar a un perro potencialmente peligroso?
Según un estudio publicado por la revista Science y realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts, se demostró que la agresividad de un perro no depende de su raza, ni tampoco su temperamento. Este informe que se basó en la observación de más dos mil perros, determinó que solo el 9% presentaba un temperamento asociado con su raza. Entonces, es el ambiente, a través del aprendizaje, lo que moldea su conducta.
Por eso, una buena educación evitaría una agresión de un perro. En este sentido, varios especialistas señalaron que hay que seguir una serie de pasos para un perro potencialmente peligroso tenga un buen aprendizaje. Desde chico, debe tener una socialización temprana, exponiéndolo a diferentes situaciones, personas y animales de manera controlada para que aprenda a relacionarse de forma positiva.
Los expertos indicaron que "el refuerzo positivo es fundamental". Hay que premiar los buenos comportamientos con elogios, caricias y alimento evitando castigos físicos que pueden generar agresividad. Es más, es necesario establecer rutinas de ejercicio físico y mental, así como enseñar órdenes básicas de obediencia. Finalmente, en caso de necesitar ayuda, se recomienda buscar un profesional que asesore para garantizar un proceso de educación efectivo.