Después de los dos temporales que azotaron a la Ciudad, la Floralis de Palermo sufrió varios daños, aunque ya venía con problemas de funcionamiento. Ahora se iniciaron los trabajos para relevar cuáles son los daños específicos y comenzar con las tareas de restauración.
Para reconstruir la estructura de uno de los monumentos más icónicos de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad ordenó que comience un proceso de inspección, que implica desarmar la Floralis para evaluar la dimensión real de los daños. Se realizó, entonces, "la apertura total de la flor para poder observar detalladamente qué daños sufrió la estructura, detener su deterioro y comenzar a diagramar el plan de restauración". Según las autoridades, este proceso tardará aproximadamente un mes.
La Floralis, sin embargo, ya venía con problemas en su estructura, porque el mecanismo automático que hacía que abriera y cerrara sus pétalos se había descompuesto y venía funcionando sólo de manera manual. Hasta diciembre, su mantenimiento dependía de la administración de la Comuna 2 (Recoleta). Con el cambio de gestión, ahora depende del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, a cargo de Ignacio Baistrocchi.
La Floralis Genérica es un homenaje a todas las flores, de ahí su nombre. Donó la escultura de la gran flor, que está emplazada en la Plaza de las Naciones Unidas, Palermo, el arquitecto argentino Eduardo Catalano, su creador. Se trató de "la primera escultura en movimiento", que se inauguró en 2002. Inicialmente, sus seis pétalos se abrían a las 8 de la mañana y se cerraban al anochecer, pero con el paso del tiempo y las lluvias, el mecanismo se dañó.
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