A poco más de dos semanas al frente del Gobierno argentino, Alberto Fernández realizó un balance de una gestión marcada por la pandemia, una guerra y una sequía, pero también por indicadores económicos que, en su mayoría, fueron empeorando. Además, y no es un dato menor, un enfrentamiento a viva voz con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Ayer, el presidente recibió a su sucesor, Javier Milei, para comenzar a diagramar una transición caliente de cara al 10 de diciembre. Luego del encuentro con el líder de La Libertad Avanza, Alberto dio una extensa entrevista con el medio uruguayo El Observador en la que se refirió puntualmente a esas diferencias con la expresidenta, quien hace algunas semanas dijo que no había sido escuchada durante esta gestión.
“No es que en la coalición alguien no ha sido escuchado, eso es mentira. Lo que es verdad es que alguien no fue obedecido, pero hay momentos en que el presidente decide y no debe obediencia a nadie. Por un lado me piden que sea obediente, pero, por otro lado, me dicen que tenga la lapicera. Ahora, cuando la lapicera firma algo que no les gusta…”, sostuvo.
Y agregó: “Me causa gracia porque los medios argentinos me decían que yo era un títere, pero resulta que el títere es el único que termina enfrentado a Cristina. Muy títere no era entonces. Y la queja de que no me escuchan, no es que no escucho, además me lo dicen por escrito. Oír escucho, lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo. Yo la verdad quería a la Argentina subirle la vara a un montón de cosas”.
Más tarde, sumó que Cristina "confunde las cosas". "Escuchar fue escuchada. Fue escuchada, fue leída, pues mandaba cartas y hacía declaraciones. Y además la escuchaba en privado. Lo que es verdad es que no la obedecía en todo lo que ella hubiera querido que la obedezca, pero no era mi misión obedecerla. Y ella lo supo desde el primer día. Yo no estaba allí para obedecer”.
“Lo supo del primer día y además ella tuvo un antecedente conmigo en el 2008, cuando estuve en desacuerdo con la lógica que se había planteado post crisis de la 125. Dije hasta acá llegué y me fui. Y ahí me fui porque yo era un empleado del gobierno, era el jefe de gabinete de un gobierno. Ahora soy el presidente, ahora tengo que quedarme, hacer frente, tomar decisiones y actuar”, añadió Alberto.
En este sentido, Fernández reveló que al momento de asumir, alguien le dijo que su tiempo no iba a ser "el tiempo de Perón", sino "el tiempo del tercer Perón, tironeado por la izquierda y por la derecha". De esta manera, aseguró que esa persona, cuyo nombre no quiso revelar, tenía razón: "Acá lo más importante es que preservemos la unidad para que no entremos en otra nueva frustración Argentina”.