Netflix tiene el catálogo lleno de joyas ocultas. Entre ellas, destaca una serie que mezcla el drama con el suspenso para mantenerte pegado a la pantalla por horas.

Las películas y series de la plataforma estadounidense de streaming se caracterizan por su gran nivel y su capacidad de enganchar fácilmente a sus usuarios. Dramas, misterios o comedias, cualquier género es válido para generar en el espectador la sensación de no poder sacar los ojos de la pantalla.

La joya oculta de Netflix se llama Bloodline. Con tres temporadas, esta producción tiene algunas similitudes con Succession, por lo que enloquecerá a los fanáticos de la popular serie de HBO.

Con mayor o menor popularidad, las series de Netflix tienen opciones para todos los gustos. Sin embargo, si estás buscando una historia que destape los secretos de una familia que está envuelta el el mundo del crimen, la violencia y el poder, esta es una gran opción.

La serie sigue a dos hermanos de la familia Raybourn que son propietarios de un hotel en Florida Keys y ven sus secretos expuestos cuando la oveja negra de la familia vuelve a la casa. Se trata de Danny, el hijo mayor y el más problemático de la familia, que causará problemas desde el primer minuto de su regreso.

Los sucesos que se desencadenan tras la llegada de Danny afectan gravemente tanto a sus padres, como a sus tres hermanos, John (un detective de la policía local), Meg (una abogada) y Kevin (un pequeño empresario de botes y barcos de recreo). La relación entre los hermanos tiene un gran paralelismo con lo que pasa con la familia Roy en Succession, el gran éxito de HBO Max.

Producida por KZK Productions y Sony Pictures Television, y distribuidas por Netflix, obtuvo nominaciones en los Emmy para las interpretaciones de Kyle Chandler y Ben Mendelsohn (este último se llevó el premio a casa).

Mirá el tráiler de la primera temporada de Bloodline en Netflix