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Política

Milei y la crisis entran en su momento de furia

Milei en Furia

El banquero Juan Nápoli se terminó de transformar esta semana en el hombre clave de la relación entre Javier Milei y el establishment argentino, lo que se podría llamar “la casta empresaria”, los dueños del capital y los gerentes que están siempre ahí, mientras pasan los gobiernos, las regulaciones, las crisis.

El titular del Banco de Valores no sólo sobresalió por haberle armado el llamado “contra almuerzo” con 80 personas en la terraza “Furia” de Mar del Plata al mismo tiempo que Patricia Bullrich llegaba en la “Patoneta” al tradicional encuentro de ejecutivos que convoca todos los octubres el Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino (IDEA) en el Sheraton de la Feliz desde hace casi 60 años.

Fundamentalmente, la agenda central del financista, un histórico del sistema financiero local y muy amigo en su momento del finado fundador del Macro, Jorge Brito, fue transmitir “normalidad” ante la incertidumbre que quedó graficada por un importante productor de alimentos con esta frase: “Yo tengo un cagazo bárbaro con lo que puede venir”.

Por eso Nápoli, que orbita como empresario de ayer y de hoy pero también es candidato a senador por La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, se sentía el centro del mundo y no paraba de recibir mensajes de WhatsApp para sumar gente al muy mentado morfi paralelo, que de todas maneras no llegó a opacar el salón colmado por 1000 personas para el que habló Bullrich. El empresario argentino, pillo de mil roscas, además, se las arregló para aplaudir a la postulante de Juntos por el Cambio y salir rajando después para comer con MIlei. 

Patricia Bullrich en el coloquio de IDEA.

En el tapeo del piso 9 del ahora famoso “Furia” hubo un mensaje de 30 minutos de parte del candidato y dos cruces que dejaron preocupación por su carácter. Por un lado, el difundido gaste al ex HSBC Gabriel Martino, al que le dijo “vos jugaste con Larreta”, y por otro, un reto equivocado al consultor Miguel Arrigoni. Milei lo acusó de que le había sonado el teléfono cuando en realidad le había entrado un mensaje a su propio armador Chino Kikuchi. Milei le puso el micrófono y lo increpó: “¿Querés hablar?”. Fue un momento extraño.

El operativo puente de Nápoli había empezado antes, el miércoles al mediodía, cuando había armado ya una comida con banqueros y gerentes financieros, ahí cuando Mar del Plata empezaba a poblarse de accionistas y lobbistas de las principales empresas del país. ¿Qué les dijo? “Que la dolarización no va ser inmediata, que no se va a hacer ninguna locura”, según contaba luego. 

En definitiva, lo que nadie terminaba de descular es si lo que aparece como un mensaje realista de uno de los varios que merodean al postulante más votado es lo que luego terminará primando como criterio en un eventual gobierno. La confusión es grande, porque mientras Nápoli decía eso, cuando Milei llegó a la ciudad costera, le echó más nafta al fuego de una corrida cambiaria en marcha al afirmar: “Cuanto más suba el dólar, más fácil va a ser dolarizar”. ¿Entonces?

Sin que lo fotografiara nadie, además, pero ante la presencia de Diario Con Vos, el multifacético financista le dedicó también una media hora a charlar distendidamente con Fernán Saguier, presidente del grupo La Nación. Estaban en la puerta del Sheraton bajo el sol que pegaba muy agradable en el mediodía del jueves.

En momentos en los que Milei llama a La Nación Más el “C5N amarillo” y cuando no deja de marcar que hay periodistas “ensobrados” que se dedican a pegarle desde esa pantalla, el diálogo al final de ese momento ameno de Nápoli con Saguier fue: “Tenemos que conseguir que aunque sea haya un café”. ¿Hablaban de buscar un acercamiento entre la conducción del medio y el candidato?

Napoli no paró durante estos tres días, además, de postear en su Instagram personal las notas que lo mencionaban, incluso una que lo nombra como el representante de LLA en una próxima reunión del Fondo Monetario Internacional en Marrakech el fin de semana. 

Allí también publicó en la noche del jueves la foto de una reunión que organizó el banco Macro con clientes en el restaurante Sarasanegro y de la que participó el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley. 

Encuestas y contactos

Lo que lubricaba el interés en los movimientos de Nápoli y Milei eran los números de las encuestas que no la pegan pero se encargan frenéticamente de todas maneras. Un gerente de una fintech contaba que había pagado 5 sondeos a los consultores más serios y el resumen era: Milei 35 o 36 puntos. Detrás, el oficialista Sergio Massa con 28 o 29 y Bullrich, entre 22 y 24.

Pero la que sacudió el avispero, a su vez, fue Mariel Fornoni, de la firma Management & Fit, porque acababa de sacar del horno un sondeo terminado tres días después del estallido del escándalo de Martín Insaurralde en el yate de Marbella. Según esa medición, el libertario llegaba hasta los 39 puntos. Los empresarios la paraban para pedirle detalles mientras paladeaban mostacholes en la cena cóctel de la inauguración.

Sergio Massa visitando una fábrica en Córdoba.

Con esta sensación de que la llegada de Milei al gobierno es inevitable y a lo sumo se discute si es en primera o en segunda vuelta, los pasillos del hotel Sheraton también fueron tierra de intercambio de contactos. 

“Hay que buscar al que está trabajando en temas del agro en LLA”, le decía un gerente a otro. Apareció el nombre de Fernando Villela, profesor del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Varios pedían el teléfono.

En el mundo energético, los petroleros se enteraron de que además del referente Eduardo Rodríguez Chirillo están trabajando también cerca del libertario dos ex Tecpetrol: Carlos Casares y Luis De Ridder. “Conocen el negocio comercial del crudo, pero su mirada de política sectorial es una incógnita”, explicaba un alto directivo de una empresa top del sector. “Sabemos que quieren llevar la nafta a la paridad del precio de exportación, pero eso implica triplicarlo, y no sabemos cómo lo quieren hacer”, completaron. A nadie del rubro, además, le parece inteligente privatizar YPF, “salvo que la quieran rematar para hacer plata”, se lamentan.

Paréntesis: los petroleros tenían otro tema de conversación bien marplatense. Por esas horas estaba llegando el buque BGP Prospector de la empresa noruega Equinor a empezar la exploración sísmica para la futura explotación petrolera off shore en la zona.

Hubo, por ese motivo, manifestaciones de organizaciones ecologistas que advertían por el impacto de la extracción en el calentamiento global y pedían un debate abierto sobre una inversión a la que la política le pone fichas para cerrar la restricción externa.

Contener y tapar

Los devaneos sobre el país que puede venir sin embargo conviven con la noción extendida de que se está entrando en el tramo final rumbo a una piña. Cristiano Rattazzi, que escuchó a Bullrich y se fue en su avión privado a Rosario a festejar un cumpleaños familiar, lo dijo más bestialmente: “Hay sensación de híper en la calle”

Los pronósticos apocalípticos de lo macro se traducían también en algunas fotos micro. Un supermercadista contaba en IDEA: “En la Secretaría de Comercio nos piden contener y tapar”. Sonaba a libro de Foucault, pero explicado da cosita: en la última reunión, cuenta, le pidieron aguantar las remarcaciones hasta después del 15 de cada mes, por un lado, y por otro, les sugirieron ubicar los productos en la góndola de forma tal que “no se vea la chapa”, que no se note si hay faltantes.

En la Secretaría de Comercio nos piden contener y tapar

Supermercadista en el coloquio de IDEA

En medio de reuniones regadas con abundancia de comida y buenos vinos, hubo advertencias del sector agropecuario sobre la posibilidad de que falten arroz y azúcar en el corto plazo, por la confluencia de la crisis internacional y el aumento de costos, aunque al final del camino adelantan: “Creo que a diciembre llegamos justo”.

A propósito del campo, octubre será clave para que la sequía quede verdaderamente atrás, porque se esperan lluvias cruciales. “Si para comienzos de noviembre no llueve lo que tiene que llover, hay que hacer los números de vuelta”, explica un productor que tiene más de 100 mil hectáreas y confiesa: “Hoy estoy sembrando a full, porque siembro pesos y espero cosechar dólares”.

Es que la corrida está desatada, y pasarse de pesos a dólares manda. Al menos ése era el consenso de dos financistas que charlaban entre sí en momentos en que los dólares paralelos se acomodan en $900 y el Gobierno mandaba oficios a bancos por operaciones de comercio exterior y controles sobre sociedades de Bolsa de la City.

Ante la presencia de este periodista, conversaban con la soltura de quien tiene sus ahorros fuera del alcance de cualquier shock:

  • ¿Vos a qué precio ya no comprarías?
  • Mirá, el dólar hoy está carísimo en términos históricos, pero si no sabés qué puede pasar…
  • Pero por decir algo, ¿5.000 te parecería caro?
  • (...) Es que sin horizonte no hay un techo.
  • Y ya no hay lo que llaman “temor a Dios”.
  • ¿Qué quiere decir?
  • Si ya sé que este gobierno no va a estar el 10 de diciembre y el que viene dice que va a romper todo, ¿por qué no me voy a dolarizar como sea? ¿Qué? ¿Si hago contado con liqui no me vas a vender dólares para importar? Si ya no me los están dando...
  • Claro, ¿vamos buscar vino?
  • Dale.