El anuncio de que el Mundial 2030 se jugará en España, Portugal y Marruecos, y que su inauguración será en Argentina, Uruguay y Paraguay, tuvo como gran perjudicado a Chile, que estaba postulando en conjunto con los otros países sudamericanos.
Según la Televisión Nacional de Chile, la frustración escaló hasta el más alto nivel y el presidente, Gabriel Boric, llamó a Alberto Fernández para preguntarle por qué su país había quedado excluido de la designación como sede del Mundial. “Fue una decisión de la FIFA”, le explicó el mandatario argentino y se desligó de cualquier tipo de ingerencia.
Boric también había interrogado al ministro de Deportes, Jaime Pizarro, a quien le encomendó hacer las gestiones para revertir la decisión. “Es necesario esperar y tener un espacio de decantación, porque nos hemos enterado por la documentación en el sitio de FIFA, lo que resulta algo curioso”, dijo ayer Pizarro.
La polémica es grande en el país vecino y poco ayudó la actitud del presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Chileno (ANFP), Pablo Milad, quien durante la tarde en vez de asumir su responsabilidad, culpó al gobierno de la exclusión. “Esto no se trata de una persona, se trata también de un gobierno, porque estamos postulando con un gobierno. No es un golpe a mi persona, sino que a todo un país”, sostuvo.
Esto no se trata de una persona, se trata también de un gobierno, porque estamos postulando con un gobierno. No es un golpe a mi persona, sino que a todo un país
El titular de la organización chilena, análoga a la AFA, manifestó su dolor frente a la situación y cuestionó los criterios de exclusión que comunicaron desde Zurich. “FIFA aludió que, como habían tres sedes en dos continentes para el caso de Europa y África y albergaban tres países (España, Portugal y Marruecos), no podían ser cuatro en Sudamérica, buscando el equilibrio de tres y tres países”, dijo.
