A partir del triunfo de Javier Milei en las PASO, la idea de que el libertario pueda llegar al poder es cada vez más factible. Por este motivo, sus propuestas empiezan a pensarse de verdad como una posibilidad concreta para el país, y en las redes sociales comenzó a circular el chiste de que de llevarse a cabo algunas de estas, Argentina se convertiría en un país bananero. ¿Pero qué significa?
El término "país bananero", originalmente "república" o "republiqueta", fue acuñado por el escritor estadounidense William Sydney Porter, conocido como O. Henry, en el cuento El almirante, del libro Repollos y Reyes, de 1904. Si bien la historia se desarrolla en Anchuria, una "pequeña república bananera marítima" de ficción, se estima que el autor se inspiró en Honduras, país donde vivía cuando lo escribió.
En esa época, las empresas estadounidenses comenzaron a hacer plantaciones de bananos en serie y crearon enclaves modernos en países de Centroamérica. Por este motivo, un país bananero, en ese entonces, eran literalmente aquellos países tropicales productores de bananas, dependientes de la renta de empresas estadounidenses.
Con el correr del tiempo, el término empezó a reconvertirse y a utilizarse para definiciones políticas. En este contexto, la expresión "país bananero" se utiliza para describir un país políticamente inestable, empobrecido, atrasado y corrupto, cuya economía depende de uno o pocos productos de escaso valor agregado, y donde los intereses extranjeros influyen en las decisiones nacionales.
O sea, digamos, los países que hoy en día tienen dolarizada su economía (Ecuador, El Salvador, Panamá, Bonaire, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas e Isla de Saba) tienen particularidades muy similares a la descripción hecha de lo que significa ser un "país bananero". ¿Argentina puede convertirse en uno?
Si bien ahora Milei asegura que sus propuestas se harían de un segundo mandato en adelante (lo que le valió un nuevo apodo: Javier Delay), hasta su triunfo en las PASO el candidato de La Libertad Avanza anunciaba, por sobre todas las cosas, una dolarización en el país para eliminar la inflación, a pesar de que los antecedentes no ofrecen un panorama alentador.