La Agricultura Regenerativa se ha puesto de moda y por una buena razón. Cada día son más productores, empresas agropecuarias y de alimentos que impulsan este cambio de paradigma en la Argentina y en el mundo.
Pero para poder entender por qué se está dando este cambio paulatino, primero hay que entender qué es y cuáles son las diferencias con otros sistemas productivos.
En primer lugar intentemos definir "Agricultura Convencional", ya que no existe un estatuto que especifique qué comprende cada sistema. Se puede entender por éste un formato de producción de alimentos donde se pasa un disco de arado para roturar la tierra, limpiar el suelo de malezas y así preparar la siembra para el cultivo deseado.
Cabe destacar aquí que las malezas son otras especies vegetales (no deseadas) que le compiten a los cultivos (deseados) por agua, nutrientes y luz. Esas plantas no tienen un fin alimenticio o comercial, por lo cual "roban" insumos básicos a los que si lo tienen.
Arar, roturar o dar vuelta la tierra termina efectivamente con esas malezas como se puede ver en la foto anterior, pero tiene un alto costo para la salud del suelo. ¿Por qué? Porque destruye la biodiversidad y genera erosión en la tierra.
Agricultura en Siembra Directa
A fines de la década del '80, un grupo de productores argentinos comenzó a compartir conocimientos al advertir que se podía trabajar de otra manera, sin pasar el arado en el campo. Esos productores marcaron un antes y un después en la producción argentina y, sin saberlo, fundaron los cimientos de la actual Agricultura Regenerativa.
El sistema de producción que difundieron y que hoy se emplea en más del 90% del territorio nacional agrícola se llama Siembra Directa, que básicamente consiste en sembrar directamente sobre la cobertura vegetal que deja el cultivo antecesor.
Esa capa vegetal muerta llamada rastrojo aporta nutrientes básicos como el nitrógeno, mantiene la biodiversidad del suelo, no genera erosión, ahorra combustible y favorece la producción de alimentos.
La contracara de este sistema es que las malezas deben ser controladas de alguna manera, con lo cual se deben emplear fitosanitarios (químicos o biológicos) para terminar con la vida de esas especies vegetales no deseables.
Agricultura Regenerativa
La evolución de la Siembra Directa es la Agricultura Regenerativa, que implica un conjunto de prácticas agrícolas y de pastoreo que buscan regenerar la materia orgánica del suelo degradado y restaurar la biodiversidad, traduciendo esto en un aumento de la captura de dióxido de carbono, como así también, en una mejora del ciclo del agua.
Como concepto superador de los anteriores, este modelo busca ampliar los servicios ecosistémicos, aumentar la resiliencia al cambio climático, fortalecer la salud y vitalidad de las tierras agrícolas, aumentar la producción de alimentos y minimizar o anular el uso de fitosanitarios, sean biológicos o de síntesis química.
La diferencia sustancial con los otros modelos es que además de sembrar los cultivos que se buscan producir (alimentos), se implantan otras especies vegetales como flores, lavanda o romero que aportan herramientas claves en el control de enfermedades, plagas y/o malezas.
Además, los animales e insectos cumplen un rol preponderante, porque están integrados al circuito productivo. Los primeros abonan la tierra, permitiendo que la materia orgánica del suelo aumente así como también la cantidad y variedad de nutrientes; mientras que los segundos son depredadores de otras plagas que afectan al cultivo.
Si no se entendió, acá pueden ver un video del español Javier Peña, fundador de ‘Hope!-En pie por le planeta’, que sirve para graficar las diferencias entre los modelos de producción:
El compromiso de las empresas
Así como sucedió en la Argentina con la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que marcaron hace 30 años un camino sostenible, la gran mayoría de los cambios comienzan en el sector privado y es por ello que muchas empresas a nivel mundial están trabajando en la Agricultura Regenerativa junto a sus proveedores.
Quizás, uno de los casos más resonantes es el de Nestlé y por eso Agro con Vos entrevistó a los directivos para Argentina, Uruguay y Paraguay: Gian Carlo Aubry, CEO; Verónica Rosales, Directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos y líder de Sustentabilidad; y a Guillermo Fazio, Director de Supply Chain y Operaciones.
"Primero que nada no está demás mencionar que el planeta está viviendo una situación muy complicada, que no es nueva. El calentamiento global es una realidad y tanto las grandes corporaciones como muchos Estados están preocupados por el futuro", explicó Aubry.
Esfuerzo de todas las partes
En ese marco global el CEO aclaró que "Nestlé tiene un objetivo muy claro sobre lo que hay que hacer y cuál es el aporte que puede hacer para ayudar al mundo, por eso trazamos objetivos y compromisos concretos".
Esos tres compromisos globales son: para 2025 que el 95% del packaging de los productos sean reciclables o reutilizables (en la Argentina ya alcanzó ese objetivo); para 2030 llegar a reducir a la mitad las emisiones de CO2; y en 2050, alcanzar cero emisiones de CO2 a nivel mundial.
"Es un trabajo que requiere muchas inversiones y descubrir nuevos conocimientos para poder enfrentar esos desafíos. Es un cambio de cabeza y las nuevas generaciones nos están ayudando mucho, no sólo los consumidores que exigen productos que cuiden el medio ambiente, sino también hasta en los empleados que tomamos que primero que nada nos preguntan: ¿Qué están haciendo en materia de sustentabilidad?", amplió Aubry.
Manos a la obra o, mejor dicho, a la tierra
El primer desafío que encontró Nestlé a la hora de implementar estos compromisos globales es medir la huella de carbono en cada uno de sus productos. Partiendo de cero comenzaron a medir las emisiones de cada proceso, desde los proveedores de materia prima, la actividad de cada fábrica y toda la logística general.
"Una vez que tenés tu huella medida y certificada con entes oficiales, fijas el punto de partida para reducir las emisiones. Con ese trabajo llegamos al resultado que el 70% de las emisiones provienen de los ingredientes a nivel global y ya impulsamos 140 proyectos para poder bajarlas, donde la Agricultura Regenerativa es la clave", detalló Verónica Rosales.
Cabe destacar que la multinacional trabaja con más de 500.000 productores de todo el mundo, con sus diferentes realidades a nivel país y las diferencias abismales que existen entre las producciones de cacao, café o leche, por poner algunos ejemplos.
"Para llegar a 2050 con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, es preciso realizar hitos intermedios, por eso queremos que el 50% de nuestros ingredientes claves provengan de Agricultura Regenerativa para el 2030. Ahí cada país analiza cuáles son sus realidad y trabaja en pos de ese objetivo", indicó Rosales.
Y finalizó: "Además de mostrarles a los productores que pueden ser más rentables con este sistema, se trata también de que puedan proteger el planeta y su activo a largo plazo, que es la tierra".
En el este link se puede encontrar un manual en el que se detalla un modelo español de Agricultura Regenerativa.
