Este domingo se realizaron las elecciones en España. Pese a que el más votado fue el Partido Popular (PP), el histórico partido de derecha español, a la agrupación que dirige Alberto Núñez Feijóo le va a costar llegar a los 176 diputados necesarios para conformar un gobierno, ya que no llega solo con el apoyo de Vox, el partido de ultraderecha con el que está aliado en casi todo el país.
El Partido Socialista Obrero Español, en cambio, pareciera tener el camino un poco más allanado. La suma de sus diputados con los de Sumar, la alianza que está a su izquierda, y los que pertenecen a distintos partidos regionales le permitiría a Pedro Sánchez alcanzar el número mágico. Para eso, sin embargo, primero debe alcanzar acuerdos con los regionalismos, incluido el polémico autonomismo catalán.
En el 2019, cuando Sánchez fue electo, necesitó los votos de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que tenía 13 bancas. Esta vez, en cambio, necesita los diputados de Junts per Catalunya (JxCAT), el bloque independista más fundamentalista. JxCAT responde a Carles Puigdemont, polémico expresidente catalán que fue objeto de una orden de detención por llamar, de forma unilateral, a un referendum sobre la independencia de esa comunidad.
Desde el partido en cuestión afirmaron que "Puigdemont no dejará dormir a Sánchez". Según explican en JxCAT, ellos no van a volver presidente a Sánchez "a cambio de nada". Plantearon: "Junts no nace para estabilizar al Estado español, sino para que Cataluña sea un estado independiente".
Según trascendió, le pedirán a Sánchez que les otorgue la realización de un referéndum de autodeterminación y la amnistía para Puigdemont, a quien la Justicia española intentó extraditar para juzgarlo.
El actual presidente del gobierno de España, por su parte, aseguró que iba a lograr los acuerdos necesarios: "La democracia española encontrará la fórmula de la gobernabilidad". Su partido tiene 122 diputados, y necesita otros 54 para llegar a los 176.
