Tras la muerte de María Kodama y ante la falta de herederos legítimos, el destino de la obra de Jorge Luis Borges era una incógnita. Además, tampoco encontraron el testamento de la mujer, por lo que no se sabía qué iba a pasar con los bienes culturales del escritor. En principio, se barajó la posibilidad de entregar dichos derechos al Estado Nacional, hasta que aparecieron los cinco sobrinos de Kodama para reclamarlos. Finalmente, la justicia les dio el ok y ahora son ellos los herederos oficiales de Borges.

La Justicia resolvió: “Declarar, en cuanto hubiere lugar por derecho, que, por el fallecimiento de María Kodama le suceden en carácter de universales herederos sus sobrinos Mariana del Socorro y Massini, Martín Nicolás Kodama y Massini, María Victoria Kodama y Massini, Matías Kodama y Massini María Belén Kodama”. Los cinco son hijos de Jorge Kodama, hermano de María.

La resolución judicial tardó en salir, debido a que había una diferencia entre los documentos presentados por los herederos y la partida de nacimiento de Jorge Kodama. La misma tenía que ver con que el nombre Yosaburo (de origen japonés) estaba escrito distinto. Una vez aclarado este punto, la justicia falló a favor de los Kodama.

Esta herencia incluye los derechos de autor de la obra de Jorge Luis Borges en su totalidad, sus medallas, condecoraciones y distinciones recibidas por el escritor, manuscritos originales, dibujos hechos por él y su biblioteca personal "entre otros bienes de altísimo valor cultural, histórico y patrimonial”, aclaró quien fue el abogado de la viuda de Borges, Fernando Soto. Además, se incluyeron bienes de María Kodama: sus departamentos en Buenos Aires y otras propiedades en París y Ginebra.