Tres años recién cumplidos tenía Dalma Maradona cuando el Napoli, con su padre como estandarte, levantó el que era, hasta ayer, su último Scudetto. Por eso la nueva consagración del club napolitano, 33 años después, llenó de emoción a la hija del Diego.
"Ayer fue una emoción muy grande, aunque ya se sabía que podía ser. Un montón de napolitanos me mandó mil mensajes. Me habían invitado, pero por trabajo y por mis nenas, no pude ir. Me hubiese encantado porque fue una fiesta y allá lo quieren tanto o más que en Argentina", dijo.
Ayer fue una emoción muy grande, aunque ya se sabía que podía ser. Un montón de napolitanos me mandó mil mensajes
En conversación con Ernesto Tenembaum, la hija mayor de Maradona recordó su infancia en Napoli, cuando apenas entendía que su padre era el hombre más querido del planeta. "Gracias a mi mamá tengo muchos registros de ese momento. Yo tengo la foto más linda del mundo justo antes de un entrenamiento en Socavvo, en que los jugadores querían un poco que nos fuéramos para poder entrenar. Mi papá hacía esos entrenamientos para la gente que no podía pagar la entrada a los partidos", confesó.
Dalma Maradona, además, confesó que "era muy celosa de mi papá y no entendía que lo tenía que compartir", pero que ahora, le llena de felicidad saber del cariño que le tienen, especialmente en Napoli. "Cuando voy, muy pocos dicen cosas de él como futbolista, sino que me hablan de él como persona. Nadie quería ir al sur. Y sin embargo, él eligió ir ahí y los sacó campeones", recordó.
Y le llama la atención que en Sicilia ese cariño haya trascendido a las nuevas generaciones. "Siempre que voy, los niños son muy fanáticos de mi papá sin siquiera haberlo visto jugar. Es lo que les transmiten sus padres".